Ciencia y tecnología

Agavinas para combatir sobrepeso y obesidad

“Hicimos estudios in vitro y comprobamos que las agavinas extraídas de diferentes especies de agaves presentaban potencial prebiótico”

Teorema Ambiental/Redacción

agavinas-pesoEl agave o también llamado maguey es una planta perenne especialmente conocida por su uso en la elaboración de bebidas alcohólicas como el tequila y el mezcal. Sus múltiples aplicaciones —que van desde la elaboración de tejidos, alimentos, productos de uso doméstico, además de poseer propiedades medicinales de interés para la investigación— han hecho de esta planta un símbolo de importancia económica y cultural en México.

Hace más de dos décadas, Mercedes Guadalupe López Pérez, investigadora adscrita al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), unidad Irapuato, comenzó a estudiar la fisiología de diferentes especies de agaves. Derivado de esta actividad, en 2003 la doctora en agricultura y química ambiental y colaboradores reportaron por primera vez la presencia de fructanos en agaves.

Los fructanos son prebióticos que estimulan el desarrollo de bacterias benéficas para el organismo, conocidas como probióticos. Después de realizar diferentes estudios y experimentos con ratones de laboratorio, el grupo de investigación de la doctora López Pérez comprobó que las agavinas revierten los efectos causados por el sobrepeso y la obesidad, por lo que podrían emplearse en el tratamiento de estos padecimientos, además de síndrome metabólico, diabetes y osteoporosis.

Mercedes Guadalupe López Pérez, también miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explicó los posibles usos de las agavinas en el tratamiento de estas enfermedades: “Una vez que observamos que las agavinas se parecían a las inulinas, hicimos estudios in vitro y comprobamos que las agavinas extraídas de diferentes especies de agaves presentaban potencial prebiótico; posteriormente comenzamos a experimentar en ratones sanos. En su dieta incorporamos agavinas y nos dimos cuenta que la hormona relacionada con la saciedad (GLP-1) se producía más cuando los ratones consumían agavinas. Pensamos que esto podría ser bueno para generar saciedad e impactar en el peso de los individuos.

“Posteriormente realizamos el mismo procedimiento pero utilizando ratones con sobrepeso y obesidad y descubrimos que las agavinas, además de modular hormonas relacionadas con saciedad, como GLP-1, leptina y grelina —esta última es otra hormona que nos pide comer más—, contribuían en la pérdida de peso de los animales.

“Los ratones obesos que sufrieron daños metabólicos y fisiológicos se recuperaron, regresaron a su peso normal, es decir, una vez que utilizamos las agavinas, observamos reversión de varios daños como niveles de glucosa, triglicéridos y colesterol. En este sentido, las agavinas pueden ser utilizadas como suplementos que regulen la saciedad y consecuentemente el peso”, explicó.

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