Cambio climático

¿Se derriten los hielos del Ártico?

En las últimas tres décadas, los hielos del Ártico se han estado derritiendo a causa de los rápidos cambios climáticos que se presentan en todo el mundo, situación por la cual esta región se ha vuelto frágil y, por lo tanto, hay incertidumbre.

De continuar este fenómeno, para 2050 el océano Glacial Ártico podría estar libre de hielo en el verano. Lo que podría ser favorable para la industria del embarque, podría traer consecuencias sin precedentes para el medio ambiente y para el desarrollo económico y social del norte de Canadá.

Los pobladores de las regiones del norte del planeta y muchas especies de la vida salvaje, incluidos los osos polares y el caribú, dependen del hielo polar para cazar, alimentarse y viajar. Además, los hielos del Ártico y las nevadas cumplen una importante misión en la regulación de la temperatura de la Tierra, pues reflejan la luz del Sol antes de que se caliente la superficie. Si se altera esta dinámica, se afectará el clima del planeta de diferentes maneras.

Diversas simulaciones sobre el futuro comportamiento del clima llevadas a cabo por varios modelos globales, soportan la teoría de que los efectos del cambiante clima pueden sentirse primero en el Ártico y también de manera más intensa en esa región. Aunque hay incertidumbre sobre el ritmo en que ocurrirá el proceso, la mayoría de los científicos coincide en señalar que habrá menos hielo en el futuro próximo y hay preocupación porque la tendencia podría ser irreversible.

Diversas investigaciones revelan que el Ártico se está calentando a una tasa sin precedentes y el promedio anual de la temperatura, según la estación meteorológica en el archipiélago Ártico, se ha incrementado en 1.3 grados centígrados desde 1969.

Cambios radicales

Los sonares de submarinos británicos y estadounidenses han mostrado que el grosor de los hielos árticos ha disminuido en 40 por ciento desde 1950 y recientes estudios de la agencia estadounidense nacional sobre aeronáutica y espacio, destacan que a su juicio el hielo está desapareciendo a una tasa cercana al 9 por ciento por década.

Históricamente, las aguas del Ártico canadiense se cubrían de hielo muy sólido a lo largo del invierno, y comenzaba a romperse hasta julio, lo cual permitía la navegación antes de que se volvieran a formar lo hielos en octubre.

Mientras que algunas áreas del océano Ártico, como la bahía de Hudson y el mar de Beaufort, quedaban libres de hielo en el verano, otras permanecían cubiertas todo el año. Sin embargo, en los últimos años el hielo se ha derretido de una manera más general e intensa de como lo hacía y no se forma tan prematuramente como ocurría antes. Cada verano (del 25 junio al 15 de octubre), desde 1969 los meteorólogos han sido capaces de estudiar las diferencias acumuladas de un año a otro.

Así, los estudios confirman que la totalidad del hielo que permanece en verano ha disminuido en 15 por ciento (latitud 60 grados) y cerca de 40 por ciento en la bahía de Hudson. Los datos muestran que hubo diferencias en las tendencias entre el este y el oeste del Ártico y en el primero el porcentaje de decremento fue de 15 por ciento, mientras que en el otro fue de 10 por ciento (principalmente en Viscount Melville), 12 por ciento en el mar de Beaufort y 36 por ciento en Western Artic Waterway. A su vez, de manera sorpresiva, las posibilidades de navegación en la zona se han incrementado entre 3 y 9 por ciento.

Modelos para predecir

Por su parte, científicos canadienses examinan cada semana el comportamiento de los hielos en el mar de Labrador, y con ayuda de los modelos de clima global predicen las tendencias locales de enfriamiento bajo escenarios de calentamiento global.

Las observaciones de los últimos años muestran que casi todo el hielo en esta región subártica se derrite completamente antes del 25 de junio y no reaparece hasta el 15 de octubre. La base de datos soporta tales observaciones, e indica un decremento en la cobertura de hielo en verano cercano a 72 por ciento entre 1971 y el año 2001, con una confiabilidad en las estadísticas de 98 por ciento.

Mientras la total cobertura acumulada es considerada como un excelente indicador sobre los efectos a largo plazo de los cambios en el clima, los meteorólogos observan también la cobertura mínima de hielo en verano cada año. Esta información no es significativa para áreas como la bahía Hudson, donde todo el hielo con frecuencia se derrite durante el verano, pero ayuda comprender lo que pasa con el hielo del Ártico.

A su vez, los estudios muestran 24 por ciento de decremento entre 1969 y 2001, en el área cubierta por el hielo durante el verano, tanto en el Ártico occidental como oriental y esta baja es de 8 por ciento por década.

Sin embargo, hay poca certeza cuando se trata de predecir el clima futuro, especialmente cuando tales predicciones se basan en observaciones realizadas sobre un corto periodo de tiempo. No obstante, un probable escenario es que en el océano Ártico siempre habrá hielo en invierno, persistirá una variabilidad extrema año con año en la cobertura a pesar del cambio de clima y habrá menos hielo en los años venideros.

Por último, a pesar de la incertidumbre, los estudios científicos como los mencionados son un paso importante para reconocer y entender de una mejor manera los impactos producidos por el cambio climático y para reducir o mitigar sus efectos.

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