Cambio climático

Permitirá sistema nacional de monitoreo climático reducir daños a cultivos agrícolas

La tecnología pone en manos de los responsables de aplicar políticas en el campo la posibilidad de emplear sistemas que permitan medir con precisión el volumen de las cosechas nacionales –datos básicos con los que no se cuenta en México–, prevenir aspectos climatológicos para reducir daños a cultivos y atacar plagas y enfermedades. El contar con datos de cosecha precisos, incluso permitirá definir cupos de importación.

Quedarán atrás los métodos convencionales con los que se calculaba el volumen de las cosechas, los cuales en realidad proporcionaban información de escaso valor para la toma de decisiones. También es asunto del pasado el conocimiento de los rendimientos, de los cuales se enteraba el trabajador del campo realmente al término del ciclo agrícola.

Con la creación del Sistema Nacional de Monitoreo Agro-Climático, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) están en condiciones de ofrecer información sobre aspectos de clima y sobre el estado de salud de los cultivos. Gracias a estos datos, los productores agropecuarios pueden aplicar acciones preventivas para mitigar los efectos negativos sobre sus cosechas por eventos climáticos extremos o por organismos dañinos en los cultivos.

Actualmente los pronósticos de clima tienen una precisión superior a 85 por ciento, gracias a la utilización del principio de las teleconexiones climáticas y la parametrización de modelos de climas y de cultivo. De igual manera, dichos pronósticos de clima y sobre los rendimientos que tendrán los cultivos se logran hasta con tres meses de anticipación a la siembra.

Sin embargo, a pesar de que se ha logrado satisfacer las necesidades de información climática, se necesita desarrollar un sistema que emita pronósticos de cosecha para la mayoría de los cultivos en donde se considere la diversidad de condiciones en las que se desarrolla la agricultura mexicana.

La preocupación actual del INIFAP y de la Sagarpa consiste en emitir y difundir boletines con información que tenga una cobertura nacional sobre el desarrollo de los cultivos durante su ciclo de crecimiento. La información debe ser en tiempo real y sobre la variabilidad espacial de la condición de los cultivos, con el propósito de detectar las regiones del país con bajo siniestro climático.

Modelos para combatir plagas y enfermedades

El desarrollo de la tecnología, concretamente las imágenes satelitales, ha permitido obtener índices de vegetación correlacionados con las condiciones de los cultivos. También se pueden pronosticar volúmenes de cosechas y las probables condiciones climáticas que persistirán al final del ciclo agrícola.

Pero la aplicación de la tecnología moderna que pretende predecir plagas y enfermedades enfrenta limitaciones en datos de clima. Las autoridades agropecuarias, para resolver esta limitante, establecerán una red nacional de estaciones agroclimáticas que ofrecerán datos de climas que puedan alimentar modelos de plagas y enfermedades.

Con esta información, los agricultores podrán estar prevenidos sobre la presencia de eventos dañinos para los cultivos y aplicar acciones preventivas con agroquímicos. Esto, evidentemente, se traducirá en un menor gasto y en una mejor calidad de los productos.

Es un hecho que los trabajadores del campo cuentan ya con información sobre pronósticos de clima y volúmenes de cosechas, pueden aplicar diferentes modelos en la agricultura, usar sensores remotos en el monitoreo de los cultivos, formar una base de datos de clima gracias a las redes de estaciones agroclimáticas, pueden obtener información de estudios sobre cuencas y recursos naturales y desarrollar técnicas y protocolos de muestreos de cultivos que permiten identificar con gran exactitud la salud del cultivo y su potencial de rendimiento.

El resultado de la tecnología actual es que se ha logrado disminuir el grado de incertidumbre en las decisiones que se toman, ya que los pronósticos de cosechas se fundamentan en principios científicos y esto brinda mayor seguridad alimentaria en el ámbito nacional.

Un buen pronóstico de cosecha permite conocer el volumen de la producción, tomar medidas ante eventos climáticos extremos, regionalizar y cuantificar los daños, elaborar programas emergentes en años difíciles, identificar brechas tecnológicas en la producción y definir los cupos de importación.

De manera concreta, la Sagarpa ofrece información agroclimática en tiempo real, pronósticos de clima, datos de evaluaciones de los cultivos en el campo, cuantificaciones de daños por eventos climáticos extremos, plagas y enfermedades a escala tanto regional como nacional y pronósticos de cosechas.

Ni el Niño ni la Niña son sorpresa

El INIFAP está en posibilidades de emitir tres tipos de pronósticos de cosecha a lo largo del ciclo agrícola. En primer lugar, está la aplicación de modelos de simulación del crecimiento vegetal que se lleva a cabo antes de sembrar, para ello se utiliza como parámetro datos del clima provocado por fenómenos como El Niño, La Niña y condiciones neutrales, resultantes de anomalías en la temperatura del mar y en la presión barométrica del océano Pacífico tropical, que determinan en gran medida el clima de México. Es importante aclarar que este pronóstico de cosecha constituye la primera aproximación de rendimiento de la cosecha.

En segundo lugar está el monitoreo de cultivo, que consiste en que durante el ciclo agrícola se miden variables fisiológicas de los cultivos en el campo y una vez establecidos tales cultivos surge la necesidad de conocer el estado de salud de las plantas, siempre con relación a la presencia del clima y de agentes dañinos.

En este nivel, el instituto ha desarrollado protocolos de muestreo y esquemas para identificar el rendimiento de los cultivos apoyado en la medición de variables fisiológicas, que son correlacionadas con el rendimiento. Ejemplo de esto es el Índice de Área Foliar, la Radiación Fotosintéticamente Activa, y otras variables que son medidas en campo mediante métodos no destructivos.

Por último, habrá que mencionar el uso de sensores remotos, que consisten en analizar grandes extensiones agrícolas con imágenes satelitales y que van desde la escala regional hasta la nacional. Con este método se aplica el Índice de la Vegetación y su relación con el grado de salud de las cosechas, lo cual representa una tercera aproximación útil al rendimiento de las cosechas.

La ciencia aplicada a la agricultura

Los métodos del INIFAP fueron aplicados en los valles agrícolas de Culiacán, Los Mochis y en El Carrizo, en Sinaloa. En estos valles se concentran aproximadamente 250 mil hectáreas de maíz bajo riego y se ha llegado a producir hasta 15 por ciento de la producción nacional de maíz.

Gracias a los buenos resultados obtenidos, el INIFAP decidió incrementar el grado de dificultad en la aplicación de la tecnología a condiciones de temporal que se presentan durante el ciclo primavera-verano. De tal suerte que la tecnología se aplicó a diez valles agrícolas de Jalisco, Guanajuato, México, Puebla, Tlaxcala, Nayarit, Chiapas y Veracruz. Todos estos estados, junto con Sinaloa, aportan cerca de 70 por ciento de la producción nacional de maíz.

Por último, el INIFAP tiene como propósito aplicar la misma tecnología al cultivo del sorgo del valle de San Fernando en Tamaulipas, y se está haciendo extensivo durante el presente año a los cultivos de trigo y cebada, al igual que a los pastizales del norte del país. Se espera que los resultados se traduzcan en el desarrollo de una tecnología de bajo costo y la cual permita estimar volúmenes de cosecha y condiciones de los cultivos con un alto grado de precisión

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