Cambio climático

Pemex menos carbono, más recursos

al cambio climático y el calentamiento global de la Tierra, Petróleos Mexicanos (Pemex) estudia los impactos negativos de este fenómeno en las condiciones de vida de la población, para que la industria petrolera tenga un papel más activo de prevención y control.

A pesar de que México contribuye con sólo el 1.6 por ciento de las emisiones de bióxido de carbono a escala mundial, el país se ha distinguido por apoyar la ratificación del Protocolo de Kioto y, concretamente, Pemex  ha destacado por las acciones que coadyuvan al combate del cambio climático.

A partir de junio de 2001, Pemex inició la operación de su Mercado Interno de Permisos de Emisiones de Carbono, que con el apoyo técnico de Environmental Defense (entidad no gubernamental), busca estimular el desarrollo de prácticas operacionales y proyectos costo-efectivos de reducción de emisiones de bióxido de carbono.

En coordinación con autoridades de energía y de medio ambiente del país, con la Organización de las Naciones Unidas y con Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana, Pemex estudia dichos impactos negativos. La paraestatal mexicana ha reducido de manera consistente sus emisiones de bióxido de carbono al pasar de 41.5 millones de toneladas en 1999 a 40.05 millones durante el 2001.

Las áreas de oportunidad para reducir dichas emisiones se ubican en proyectos de eficiencia energética, cogeneración, sustitución de combustibles, control de emisiones de metano, compresión de gas, usos alternativos y reinyección de bióxido de carbono, desarrollo de energía alternativa y proyectos forestales para captura de carbono.

En este tipo de mercado están participando 25 unidades de negocios de los cuatro organismos subsidiarios de Pemex y la Auditoria Corporativa de Protección al Ambiental, que coordina su desarrollo y operación. Hay que destacar que Pemex es la primera empresa en el país que cuenta, de forma voluntaria, con un mercado interno de permisos de emisiones.

Con los bonos de carbono se busca incorporar el concepto ambiental en los procesos de planeación, presupuesto y operación de Pemex. El funcionamiento consiste en asignar a cada unidad de negocio un límite de emisiones permitidas (que equivale a una tonelada de carbono), que deberán comprobar al finalizar cada periodo anual.

Pemex tendrá ingresos adicionales por comercializar  los permisos o certificados que produzcan sus reducciones de bióxido de carbono y el acceso a tecnología y recursos financieros extrapresupuestal para sus proyectos. Las emisiones reales por debajo de esta cifra tope permitirán a los organismos subsidiarios ofertar sus permisos sobrantes, los cuales serán adquiridos por aquellos que rebasen el límite permitido.

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