Cambio climático

Peligran los bosques de las montañas

Las montañas suministran 60 por ciento de los recursos de agua dulce del mundo

La Habana.— Los bosques de las montañas cubren más de nueve mil millones de kilómetros cuadrados, es decir, 28 por ciento de la superficie mundial de monte cerrado, pero estos ecosistemas tan peculiares del planeta están desapareciendo.

Los bosques húmedos templados costeros, que producen más materia viva que ningún otro ecosistema, en otros tiempos crecían en todo el mundo, mas hoy apenas cubren 40 millones de hectáreas, sobre todo en Chile y la parte noroccidental de América del Norte.

Casi 90 por ciento de los bosques higrofíticos nubosos de los Andes septentrionales se ha perdido, a pesar de ser refugio y fuente de alimentos de miles de personas, animales y plantas.

También en esa zona se ha deforestado 98 por ciento de la superficie anteriormente cubierta por el queñual, el árbol que crece a mayor altura en la Tierra.

Estos ejemplos denuncian lo que ya es un hecho: la integridad y capacidad de recuperación de los bosques de montañas corren peligro.

Las altas temperaturas, los incendios forestales, el crecimiento demográfico, la inseguridad alimentaria y la inestabilidad en materia de combustibles son los causantes de tal degradación.

También las presiones demográficas y la expansión de la agricultura intensiva han empujado a pequeños agricultores hacia zonas marginales y laderas empinadas, con la consiguiente pérdida de masa forestal.

Así lo señala un informe elaborado por la Secretaría de la Alianza para las Montañas, con sede en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Agencia suiza para el Desarrollo y la Cooperación.

Bosques de montaña en un mundo cambiante se publicó recientemente, a tono con la celebración, este 11 de diciembre, del Día Internacional de las Montañas.

“El desarrollo sostenible de los bosques de montaña requiere y merece ocupar un lugar destacado en la agenda internacional”, subrayó en su presentación el subdirector general del Departamento Forestal de la FAO, Eduardo Rojas-Briales.

Las razones son de peso: las montañas suministran 60 por ciento de los recursos de agua dulce del mundo, a pesar de cubrir sólo 12 por ciento de la superficie de la Tierra, según el documento del organismo internacional.

Más de la mitad de la población mundial depende del agua dulce almacenada en las montañas para beber, cocinar y lavar, para el riego de las plantaciones, la energía hidroeléctrica, las industrias y el transporte.

Cuando se eliminan los bosques de montañas se deja la tierra sin protección y aumentan las escorrentías y la erosión del suelo.

En tanto, las especies acuáticas se ven amenazadas, las poblaciones se hacen más vulnerables a los desastres naturales y se acentúan los efectos del cambio climático.

Además de resultar vitales para proteger nuestro bienestar y de proporcionar bienes y servicios esenciales, como los alimentos, las zonas boscosas son tesoros naturales cuya presencia salvaguarda el patrimonio cultural de la humanidad.

No en balde la FAO instó a los responsables de elaborar las políticas de los países a tener en cuenta la importancia de proteger y conservar estos ecosistemas.

Señaló, además, que los habitantes de las montañas —que son de los más pobres y hambrientos del mundo— deberían tener voz en la gestión de los recursos forestales locales de los que dependen, y participar de los beneficios del uso y conservación de los bosques.

Fuente: Prensa Latina

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