Cambio climático

Llaman a proteger a la Tierra de la desertificación

No solo se refiere al avance de los ecosistemas desérticos, sino también a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que actualmente abarcan un tercio de la superficie del planeta

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 18 de junio de 2020.— La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Pero debido a la actividad humana, principalmente la deforestación, agravada por las variaciones climáticas este proceso se acelera dramáticamente, pues acelera los efectos del cambio climático.

Pero la desertificación no solo se refiere al avance de los ecosistemas desérticos, sino también a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que actualmente abarcan un tercio de la superficie del planeta, también se refiere a la sobreexplotación y el uso inadecuado de la tierra.

La desertificación ocurre como consecuencia del crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos de la población y el incremento de la población urbana intensifican la demanda de tierra para producir alimentos, forrajes y fibras textiles. Mientras tanto, la salud y la productividad de la tierra cultivable existente están disminuyendo, un declive que se ve empeorado por el cambio climático.

El resultado final es que la tierra se está transformando y degradando a un ritmo insostenible, lo que daña la producción, los ecosistemas y la biodiversidad.

Por ello, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que las causas de este problema son la pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego que afectan negativamente a la productividad del suelo.

En un llamado a revertir estos problemas, este miércoles la ONU conmemora el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía con el fin de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos.

“Esta fecha nos brinda una oportunidad única para recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles”, indicó PNUMA en un comunicado.

Para revertir este problema, el organismo de Naciones Unidas para cambiar la tendencia destructiva que sufre la biodiversidad del planeta, PNUMA, propone una serie de acciones basadas en la comprensión clara de los derechos, recompensas y responsabilidades en la gestión de la tierra puede ayudar a abordar las consecuencias de factores específicos como la pandemia del COVID-19, como un brote emergente de enfermedades infecciosas a consecuencia de la pérdida de biodiversidad.

Mientras que fortalecer la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios e hídricos puede ayudar a reducir los efectos de la pandemia en la pobreza mundial y la inseguridad alimentaria.

El lema de esta celebración para el 2020 es “Suelo sano = gente sana”, promovido por la Convención para Combatir la Desertificación y hace énfasis en los temas: “Alimentos. Forrajes. Fibras”, para reflexionar en la relación entre el consumo con la salud del suelo y en la búsqueda de cambiar las actitudes públicas hacia la principal causa de la desertificación y la degradación de las tierras: la producción y el consumo incesantes de la humanidad.

Con el fin de contar con tierras productivas suficientes para satisfacer la demanda de diez mil millones de personas en 2050, es necesario modificar nuestro estilo de vida. Por medio del Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, celebrado bajo el lema “Alimentos. Forrajes. Fibra”, se aspira a educar a las personas sobre la manera de reducir su impacto individual.

Consumo responsable

La reflexión sobre el cuidado de la salud de la tierra también se refiere a la velocidad con la que consumimos los productos que nos ofrece para subsistir: Un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra. La producción de ropa y calzado ocasiona el 8 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra que, según las previsiones, ascenderá 50 por ciento para 2030.

Mediante cambios en el comportamiento de los consumidores y las empresas y la adopción de una planificación más eficiente del uso de la tierra y de prácticas más sostenibles, podríamos disponer de terreno suficiente para satisfacer la demanda. Todos tenemos una responsabilidad como beneficiarios del suelo, explica PNUMA.

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