Cambio climático

Katrina: posible prueba del calentamiento global

El huracán Katrina ha revelado otra posible prueba de las consecuencias del «calentamiento global» que el gobierno de Bush ha desechado, sino también los costos de decisiones políticas de ignorar un desastre anunciado desde hace años.

El gobierno estadounidense no ha reconocido que el desastre ecológico en Nueva Orleans no fue sólo resultado de un fenómeno natural. La magnitud de la catástrofe tiene que ver con un problema de largo plazo: el desarrollo de esta región de la costa del Golfo de México, y uno de corto plazo: la decisión de reducir inversiones y apoyo para el control de desastres naturales y dedicar esos fondos a la seguridad, luego del 11-S, y a la guerra de Irak.

Además, en 2002 el New Orleans Times-Picayune, rotativo más importante de la región, advirtió que sólo era cuestión de tiempo antes de que Luisiana fuera golpeada directamente por un huracán mayor. El periódico explicó que el problema para el sur de Luisiana es que mientras las protecciones naturales se han deteriorado, éstas a la vez debilitan las defensas construidas por los humanos en una zona donde la costa se parece a un plato hondo sobre una tina llena de agua.

Por tanto, aunque durante miles de años el río Mississippi amontonó y aumentó la tierra, el hombre desvió primero el flujo del río, empezó a desarrollar las tierras con la construcción de canales y oleoductos, y el resultado fue que la zona empezó a hundirse cada vez más, las aguas del golfo están cada vez más cercanas y las barreras naturales a los huracanes empezaron a desaparecer.
A la vez, el tipo de desarrollo fue realizado sobre la base de que los hombres podían imponer su voluntad a las aguas del río y el golfo, al establecer todo tipo de canales y mecanismos para contener los flujos.

No sólo fracasó toda esta ingeniería, sino que ahora está funcionando en contra de los residentes, ya que el agua está contenida dentro de Nueva Orleans por estas estructuras.

Un 80 por ciento de la ciudad se encuentra hoy bajo estas aguas. Cuando se fracturaron las estructuras de control de aguas, Nuevo Orleans pasó a formar parte del Golfo de México, sujeto a sus mareas y corrientes.

Por otro lado, el gobierno de Bush ha desviado fondos federales para el control de inundaciones y defensa frente a desastres naturales para destinarlos a la guerra en Irak y la seguridad nacional. Sólo el año pasado, Walter Maestri, un jefe de la oficina de manejo de emergencias en el sur de Luisiana, declaró al Times Picayune: «parece que el dinero se ha trasladado en el presupuesto del presidente para manejar la seguridad interna y la guerra en Irak, y supongo que ése es el precio que pagamos.

Nadie aquí está contento con que los diques no puedan ser completados y estamos haciendo todo lo que podemos para argumentar que es un tema de seguridad para nosotros».

En tanto los esfuerzos federales se encaminan a responder al desastre, muchos se preguntan por qué no hubo mayor respeto a la naturaleza, y qué tanto de los daños humanos y materiales son resultado no de un huracán, sino de las prioridades del gobierno estadounidense.

Teorema Ambiental / 2000 Agro

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