Nuevamente la eventual aparición del fenómeno de El Niño se está convirtiendo en asunto de preocupación para autoridades y agricultores nacionales, ya que cuando hace acto de presencia se observan cambios climáticos que afectan severamente está actividad. Entre sus efectos se encuentran el aumento de la temperatura y la presencia de sequías.
De desarrollarse este fenómeno, el mayor impacto sobre el clima de México se presentará entre mayo y octubre, periodo en el que se prevén precipitaciones ligeramente por debajo de la media, así como temperaturas por arriba de la media en algunas regiones del territorio nacional, de acuerdo con información del Servicio Meteorológico Nacional.
En un marco de debate entre especialistas sobre un nuevo episodio de El Niño, en el ámbito estadístico los primeros efectos ya comienzan a sentirse en nuestro país.
Ulises Miramontes, directivo del Servicio de Información y Estadística Alimentaria y Pesquera (SIEAP), estimó que la cosecha de los principales granos básicos en el ciclo primavera-verano 2002 sufrirá un decremento, ya que será de 19 millones 924,300 toneladas, una reducción de 2.9 por ciento respecto al ciclo homólogo anterior. La producción de arroz se reducirá en cerca de 30,000 toneladas; la de maíz disminuirá unas 300 toneladas y la de frijol caerá en 60,000 toneladas.
Desde marzo pasado los registros de organismos internacionales hablaban de que «se ha producido un calentamiento de las aguas superficiales del Pacífico próximas a la costa de América del Sur y hay indicios claros de su propagación a lo largo de la línea del ecuador hacia las partes más orientales del Océano Pacífico».
Advertían que «la situación a gran escala sigue siendo propicia al fenómeno El Niño y, por otra parte, una irrupción de vientos con componente oeste ocurrida en febrero en la zona occidental del Pacífico ecuatorial constituye otro factor favorable».
De acuerdo con las interpretaciones de la mayoría de los expertos, las probabilidades de que en 2002 se produzca un episodio de El Niño son muy superiores a las de ningún otro momento desde el episodio de 1997-1998, aun cuando la predicción de este fenómeno es todavía un ámbito científico poco desarrollado.
De cualquier manera, los especialistas refieren que no se dispone de indicios notables de la intensidad que podría tener el fenómeno si ocurriera.
Los datos provenientes de los modelos de predicción no permiten por el momento determinar con certeza si en los próximos meses la situación continuará evolucionando hasta transformarse en un episodio de El Niño. Por lo general se considera que las condiciones existentes debajo de la superficie del Océano Pacífico tropical no son todavía capaces de garantizar por sí mismas el comienzo de El Niño, y se seguirá vigilando la situación durante las próximas semanas y meses, apunta un reporte de la Organización Meteorológica Mundial.
El fenómeno de El Niño
Durante los episodios de El Niño la temperatura de la superficie marina en el centro y el este de la zona tropical del Océano Pacífico aumenta considerablemente con respecto a lo normal.
El fenómeno de El Niño más reciente ocurrió en 1997-1998. Este evento modifica la evolución probable de patrones específicos del clima en todo el mundo, pero los episodios nunca son exactamente iguales.
