Cambio climático

El cambio climático podría modificar las corrientes del Mediterráneo y alterar la pesca

Las aguas profundas mediterráneas pasan al Atlántico y las superficiales atlánticas entran en el Mediterráneo

En el estrecho de Gibraltar, como punto donde el océano Atlántico y el mar Mediterráneo se unen, ocurre un particular intercambio: las aguas profundas mediterráneas pasan al Atlántico, y las aguas superficiales atlánticas entran en el Mediterráneo. Este intercambio es una de las razones de la rica biodiversidad que caracteriza a la región, y de su elevada producción primaria. El chorro atlántico irrumpe con gran intensidad en el Mediterráneo como si fuera una autopista de alta velocidad en las aguas del mar de Alborán.

Diversas organizaciones especializadas han comprobado que cuando esas aguas superficiales entran, se produce en la cuenca de Alborán una fuerte dispersión que desplaza los ejemplares de anchoa en estado larvario; lo que posteriormente repercute en bajas tasas de captura.

En opinión de Javier Ruiz, investigador principal, el estudio permite pronosticar cuál sería el panorama pesquero futuro si las aguas mediterráneas se tornaran más salinas o cálidas.

Agrega Ruiz que, si como consecuencia del cambio climático, se diera un escenario de escasez de lluvias, las aguas mediterráneas se harían más salinas y por lo tanto más densas y pesadas. Cuanto más pesadas, mayor sería la corriente de salida de aguas profundas desde el Mediterráneo, y como consecuencia el chorro atlántico irrumpiría en la superficie de Alborán con más potencia, causando así una mayor dispersión de larvas y menos capturas.

Por el contrario, si se diera un escenario de aguas más cálidas, las aguas mediterráneas perderían densidad y el chorro atlántico sería menos intenso, causando menor dispersión y desplazamiento de larvas, y por lo tanto abundantes pescas futuras.

Según Ruiz, el Mediterráneo parece enfrentar esas dos tendencias contrapuestas, aguas más salinas y cálidas, sin que resulte aún evidente a la comunidad científica si en el futuro el chorro atlántico será de mayor o menor intensidad.

Los investigadores combinaron la revisión de los registros históricos de captura y de captura por unidad de esfuerzo (CPUE), junto al estudio de otras variables como las corrientes superficiales, la energía cinética y la concentración de clorofila.

Durante el año 2001 el motor atlántico fue particularmente débil, por lo que el mar de Alborán permaneció excepcionalmente tranquilo. Durante este periodo, se capturaron enormes cantidades de anchoas en comparación con otros años. Explica Ruiz, que si bien esta investigación se llevó a cabo tomando en cuenta los registros de captura de anchoa, sus resultados también se podrían extrapolar a otras especies.

Fuente: Globedia

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