Cae la productividad de granos básicos en AL
Pérdida de bosques, incremento de enfermedades emergentes e infecciosas, y baja productividad en el cultivo de granos básicos ―maíz, trigo y arroz― son algunos de los efectos del cambio climático y del incremento de los desastres naturales que sólo en los pasados 20 años ocasionaron pérdidas por 69 mil millones de dólares en América Latina.
Investigadores y ambientalistas reunidos en el seminario sobre vulnerabilidad y cambio climático, convocado por el Instituto Mora y la organización Greenpeace, alertaron sobre los riesgos de carecer de una política pública eficaz que garantice las acciones de prevención y reducción de factores de vulnerabilidad y riesgo para la población.
Arturo Moreno, coordinador de la campaña de energía y cambio climático del grupo ambientalista, afirmó que sólo por fenómenos hidrometeorológicos 20 millones de personas se encuentran en riesgo en México, “aunque desconocemos el mapa de riesgos para casos de sequías, ondas de calor y aumento del nivel de mar”.
Indicó que a pesar de que existen los estudios necesarios para tener un mapa nacional de riesgos, el cambio climático “aún no se incluye en la agenda política del Estado ni se considera tema prioritario por los partidos políticos”.
Es preocupante que de los 2,500 municipios del país, insistió, sólo se cuente con mapas de riesgo en 17, cuando año con año se incrementan los fenómenos naturales que afectan a un sector importante de la población.
Cecilia Conde y Lourdes Villers, investigadoras del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, señalaron la necesidad de impulsar acciones urgentes para fomentar medidas de prevención que ayuden a mitigar los riesgos en los sectores más empobrecidos de la población, los cuales serían los más afectados por el cambio climático y sus efectos nocivos.
Destacaron que la pérdida de fertilidad en los suelos destinados al cultivo de granos básicos podría generar mayor vulnerabilidad en la seguridad alimentaria de países en desarrollo, como México, y “en casos extremos no se descartan problemas de hambruna y falta de abastecimiento de alimentos básicos”.
Fuente: La Jornada
