Cambio climático

Deshielo en el Ártico ya ha enfriado el clima de la Tierra anteriormente

De acuerdo con un nuevo estudio, la última Edad de Hielo fue causada por el deshielo y no por el drenaje del lago Agassiz, como sostienen otras teorías

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 24 de febrero de 2020.— Dos científicos estadounidenses plantearon que el derretimiento del hielo en el Ártico, en la última Edad de Hielo, perturbó de tal manera las corrientes oceánicas del Atlántico Norte que afectaron el clima del planeta completamente, provocando la glaciación.

Raymond Bradley, director del Centro de Investigación de Sistemas Climáticos de la Universidad de Massachusetts Amherst, y Alan Condron, científico investigador en Woods Hole, explicaron que su teoría contraviene la de otros geólogos, quienes han considerado muchas teorías sobre inmersiones abruptas en condiciones “similares a las glaciares” desde que los últimos glaciares de la Edad de Hielo se retiraron, especialmente un periodo muy frío hace unos 12 mil 900 años, conocido como Dryas Reciente.

“El impacto de meteoritos y las erupciones volcánicas se propusieron para explicar estos episodios, pero la evidencia no ha sido convincente”, agregaron y afirman que tienen nueva evidencia de que la ruptura periódica del espeso hielo marino del Ártico afectó en gran medida el clima.

El estudio fue publicado en la revista Geology y señala que el derretimiento del hielo glaciar provocó inundaciones de agua dulce en los mares cerca de Groenlandia, Noruega e Islandia hace entre 13 mil y ocho mil años, lo que desaceleró la fuerza de la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC).

Sus experimentos muestran que había suficiente agua fría y dulce para alterar los patrones de circulación de la temperatura de la sal del océano y desencadenar un enfriamiento climático abrupto.

Otros investigadores habían planteado que esta glaciación fue provocada por el drenaje del lago Agassiz, un enorme lago glacial en el borde de la enorme capa de hielo que una vez se extendió desde el sur del Ártico hasta la actual Nueva York.

“Pero aunque el lago era grande para los estándares modernos, ha sido difícil para la comunidad de modelación climática desencadenar un periodo de frío de mil años con el agua que contenía, porque el volumen de agua no es lo suficientemente grande como para debilitar la circulación del Atlántico sobre un largo período”, señalaron los investigadores.

“Sin embargo, los volúmenes de agua que encontramos almacenados como hielo marino en el Ártico superan ampliamente el volumen del lago Agassiz, lo que hace que la ruptura del hielo marino sea un muy buen candidato para desencadenar el enfriamiento del Dryas Reciente”, agregaron.

Los investigadores utilizaron experimentos numéricos de modelos climáticos para estimar la extensión y el grosor del hielo marino del Ártico para establecer que había suficiente hielo en el Ártico para alterar el patrón de circulación del mar.

También examinaron diarios de las expediciones árticas de finales del siglo XIX y principios del XX para saber si en ese entonces se encontró hielo marino inusualmente espeso.

Por ejemplo, la descripción realizada por el vicealmirante Sir George Nares, quien dirigió la expedición ártica británica de 1875 al Polo Norte. Le sorprendió tanto el extenso y espeso hielo que encontró su expedición que introdujo el término “hielo paleocrístico” para describir “témpanos… de espesor gigantesco con una superficie muy irregular y cubierta de nieve profunda”.

Parece de estos relatos indicaban que el océano Ártico estaba cubierto por hielo considerablemente más grueso de lo que se ha observado en los últimos 30-40 años. Si bien el reciente calentamiento climático en el Ártico ha causado que mucho de este hielo viejo y espeso se rompa y derrita, también se informó sobre grandes estructuras de hielo a principios del siglo XX, incluyendo témpanos utilizados como estaciones de investigación científica por Estados Unidos y Rusia hasta la Guerra Fría.

Los investigadores afirman que su modelo numérico del océano y el hielo marino del volumen de agua dulce almacenada como hielo marino y los cambios en la exportación de hielo al final de la Edad de Hielo muestran que estos fueron lo suficientemente grandes como para desacelerar el clima frío al final de este periodo.

El espeso hielo sobre el océano Ártico creó “una enorme reserva de agua dulce, independiente de las fuentes terrestres”. A medida que las capas de hielo se retiraron y el nivel del mar aumentó, los cambios en la circulación atmosférica y las inundaciones terrestres hicieron que este hielo fluyera hacia el mar a través del estrecho de Fram al este de Groenlandia, donde se derritió y refrescó los mares nórdicos lo suficiente como para debilitar la circulación atlántica.

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