Colombia avanza en el Plan Integral de Sustitución de Cultivos, cuyo objetivo es deshacerse de la cocaína y preservar millones de hectáreas de bosque tropical
Nueva York (EU).— En su intervención en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, indicó que el país será un factor positivo para el mundo para tratar asuntos tan diversos, aunque relacionados, como la lucha contra el cambio climático y contra las drogas ilegales, la seguridad o la erradicación de la pobreza extrema.
Al intervenir ante en el 70 periodo de sesiones ordinarias el mandatario ratificó su compromiso al expresar: “al terminar mi gobierno, en 2018, espero haber dejado protegidas en Colombia cerca de 20 millones de hectáreas, que es casi la quinta parte de nuestro territorio”.
Asimismo, destacó que Colombia apoya la dimensión ambiental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues a pesar de ser el país más biodiverso del planeta de acuerdo con su tamaño, es también uno de los más vulnerables frente a los efectos del cambio climático.
Por otro lado, el mandatario afirmó que Colombia se enfrenta al problema de los cultivos y las drogas ilegales con una estrategia integral. “Planteé, en la Cumbre de las Américas de 2012, en Cartagena, la necesidad de hacer una evaluación objetiva de los resultados de la llamada Guerra contra las Drogas”, indicó.
En ese sentido, el mandatario reiteró la urgencia de contar con una nueva estrategia global que se base en evidencia científica. “Que haga mucho mayor énfasis en salud, en educación y en combatir las raíces sociales de este fenómeno, y que busque minimizar el daño que hacen las drogas mediante estrategias más inteligentes y más humanas”, sostuvo.
Mientras esto sucede, Colombia avanza en el Plan Integral de Sustitución de Cultivos, cuyo objetivo es deshacerse de la cocaína y preservar millones de hectáreas de bosque tropical.
Sobre ese tema, el presidente Santos expresó que esa estrategia se encuentra basada en un enfoque múltiple y enfatizó en que “no sólo perseguir las mafias, sino dar oportunidades económicas y sociales a los campesinos, garantizar la presencia del Estado y la justicia, y prevenir y tratar el consumo como un tema de salud pública”.
