Cambio climático

Crean modelo para adaptarse al cambio climático en Tlaxcala

México propuso recientemente un modelo único de estudio para fomentar las capacidades de adaptación al cambio climático, que fue llevado a cabo en el estado de Tlaxcala por un grupo de investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, dirigido por Víctor Orlando Magaña Rueda, representante del CCA.  leer más
Juan Carlos Machorro

Abarca tres sectores: agricultura, bosques y agua, con el propósito de mostrar la vulnerabilidad tanto actual como futura del medio ambiente, y ofrecer propuesta de adaptación al calentamiento global.

Ello como parte de la segunda etapa del proyecto Generación de Capacidades para la Adaptación al Cambio Climático, emprendido hace cuatro años por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba y México, apoyados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), con el cual se ha demostrado que una estrategia de adaptación tiene ventajas no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también económico.

La agricultura de temporal en Tlaxcala ocupa 98 por ciento de la superficie dedicada a esta actividad. El maíz es el cultivo más importante —cubre 71 por ciento del total de la superficie sembrada—, con una cosecha por año. Uno de los factores medioambientales que aumentan el riesgo de pérdidas en las cosechas de maíz es la erosión que presenta el estado (una de las más severas de México).

La mayor amenaza será la disminución de la humedad de los suelos la cual podría convertirse en sequía agrícola, así como la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos que podrían manifestarse como tormentas o granizadas. Por ello, si no se actúa desde ahora, esta actividad podría tender a desaparecer en ese estado.

Durante los estudios previos de vulnerabilidad y adaptación, y en el marco del cambio climático, los especialistas determinaron fomentar la capacidad de ajuste, mediante la constitución de un equipo interdisciplinario integrado por físicos, biólogos, agrobiólogos, arquitectos, químicos, productores y tomadores de decisiones.

Se propuso organizar reuniones periódicas con grupos focales de productores, con técnicas participativas que permitan elaborar mapas de recursos naturales; clasificar local y regionalmente los suelos; ubicar zonas con disponibilidad de agua, de bosques y de fauna, e identificar los peligros climáticos que más afectan a la agricultura.

En bosques, la principal causa del deterioro está representada por los incendios. Estos siniestros son provocados por los habitantes de las comunidades cercanas para estimular el rebrote de pastos y renuevos, y así obtener forraje para el ganado, o bien, para limpiar los terrenos y poder cultivarlos.

La segunda causa es la tala inmoderada; la tercera es el pastoreo, que inhibe el desarrollo de los árboles que nacen por regeneración natural o de los plantados en programas de reforestación. Los escenarios de cambio climático para esa entidad proyectan una condición más seca, de menor humedad del suelo, frecuente en los meses de primavera, por lo que el riesgo de incendios forestales aumentará y, con ello, la tasa de pérdida de cubierta forestal, dijo.

En reforestación, se propone poner en marcha un programa de plantación de árboles de baja talla que presente mayor resistencia a sequías o requieran poco riego en los primeros meses; hacer cambios en el calendario de siembras de árboles para asegurar una mayor probabilidad de sobrevivencia; establecer zonas o bosques semilleros, y un calendario de colecta así como usar especies nativas de cada estado, por estar más adaptadas al clima local; mejorar genéticamente las especies; incursionar en sistemas productivos agro-silvo-pastoriles y poner en marcha programas de saneamiento vegetal.

Respecto al tema del agua, Magaña Rueda advirtió que en Tlaxcala la situación actual del recurso hídrico es crítica. Las proyecciones a futuro, bajo consideraciones socioeconómicas, son poco alentadoras y preocupantes cuando se considera el cambio climático. Las variables para construir los escenarios futuros incluyen la oferta, que disminuye y la demanda que aumenta.

Las estrategias a largo plazo para el manejo de la oferta y la demanda podrían incluir la conservación de las zonas de recarga —bosques y humedales—, regulaciones y tecnologías para controlar de manera directa el uso del agua y la tierra, así como la protección de la vegetación de las orillas y la reducción de la contaminación del agua.

El diagnóstico del estudio realizado por los investigadores universitarios subraya que las zonas productivas de riego se verán amenazadas con el abatimiento de los acuíferos, debido a su sobreexplotación y al crecimiento de la zona urbana, que demandará más agua. También, el incremento de algunos eventos extremos como lluvias torrenciales y granizadas se volverá un peligro para la agricultura de temporal.

Ante este panorama, se sugiere: incrementar la capacidad de almacenamiento de agua ante lluvias extremas y extraordinarias (proyectadas bajo cambio climático); favorecer la recarga hídrica; garantizar la existencia de depósitos y fuentes secundarias para consumo humano, así como fortalecer las capacidades regionales y locales por medio del rescate de estrategias desarrolladas en zonas rurales frente a la escasez.

Cabe destacar que se eligió Tlaxcala porque es representativo de la forma de apropiación y uso de los recursos naturales de la mayor parte del país. La agricultura, el aprovechamiento forestal y el uso del agua del estado son ejemplo de la problemática de sobreexplotación, contaminación y deterioro del medio ambiente, porque está ubicado en una zona semiárida, que puede servir de modelo a otras regiones de México, y porque su tamaño facilita el inventario de información.

Fuente: Teorema Ambiental

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