Cambio climático

Control del cambio climático

El 10 de noviembre del año anterior, en Marruecos, 171 países acordaron, por conducto de sus delegados, legislaciones restrictivas aplicables al Protocolo de Kioto.

Con la notable ausencia de Estados Unidos, que abandonó el proceso como una de las primeras acciones del presidente George W. Bush, las demás naciones continuaron el arduo trabajo de conseguir un consenso sobre la legislación que puede controlar el Protocolo de Kioto.

La mayor restricción aparece para 38 países industrializados, los cuales tienen que reducir sus emisiones de dióxido de carbono en 5.2 por ciento por debajo de sus emisiones en 1990, durante el periodo de 2008 a 2012. De no lograrlo, enfrentarán penalizaciones internacionales.

El Protocolo incluye en su forma final metodologías para medir tanto emisiones de gases de invernadero, como la capacidad de «pulmones naturales» (bosques y otras zonas) de absorber dióxido de carbono en forma natural.

Estos dos puntos son sólo algunos de los que ha recibido la ISO para estandarizar mediciones relacionadas con el cambio climático que sufre el planeta, así como la efectividad de las formas de combatirlo. Desde enero de 2000, el consejo de administración técnica de la ISO, creó un grupo especial para estudiar el posible apoyo de la ISO a propuestas para medir y controlar el cambio climático.

Este grupo tiene como objetivos principales establecer y mantener un inventario de los estándares que pueden apoyar la medición y control del cambio climático, así como determinar sus aplicaciones y adaptaciones potenciales, considerar nuevas propuestas de estatutos de trabajo para la generación de documentos ISO relevantes al cambio climático, y coordinar los esfuerzos e informaciones de los diferentes comités técnicos con relación al cambio climático.

En este sentido, entre las propuestas más relevantes que ha recibido este grupo para generar documentos ISO relacionados con el cambio climático, están los sistemas de conformidad y auditoría para iniciativas nacionales e internacionales sobre cambio climático (utilizando guías actuales); sistemas de verificación (incluyendo por tercerías) para emisión y reducción de gases con efecto invernadero (utilizando guías actuales); guías metodológicas para el establecimiento de bases en proyectos de reducción de emisiones de gases; planes (o protocolos) para medir, auditar y reportar emisiones de gases con efecto invernadero, y planes (o protocolos) para medir, auditar y reportar reducciones de gases con efecto invernadero.

Resulta bastante obvio que dentro de esta búsqueda de soluciones al problema global del cambio climático existen esfuerzos macros (de gobiernos), pero también son importantes las acciones micros (de organizaciones en forma individual). En este punto, los estándares de la serie de Gestión Ambiental ISO 14000 cobran relevancia en el tema.

Por esta razón, desde 1998, como precursor dentro de la ISO, el comité técnico 207 encargado de elaborar los estándares de la serie ISO 14000, estableció un grupo interno para evaluar el uso de los estándares de esta serie, como apoyo para solucionar la problemática del cambio climático global.

Para entender el apoyo de la serie ISO 14000 al asunto del cambio climático, debemos ver cómo se pueden integrar los diferentes estándares sobre gestión ambiental de la serie ISO 14000.

Entonces, cada grupo de estándares de la familia ISO 14000 de gestión ambiental, puede contribuir al mejor control del cambio climático mediante la medición y gestión apropiada de las fuentes y pulmones consumidores de gases de invernadero.

Igualmente, estos estándares pueden ser utilizados para la evaluación, gestión, auditoría y en su caso certificación de proyectos e iniciativas que tengan como objetivo una mejor administración del cambio climático global.

Controles

El correcto uso de ISO 14001 como modelo de gestión ambiental lleva a una organización a establecer programas, y procedimientos para disminuir sus principales impactos ambientales.

Siempre que entre estos impactos exista la generación de gases de invernadero, la organización deberá trabajar para reducirlos (o al menos controlarlos); esto permite que se reduzcan desde las fuentes «micro» las emisiones de gases de efecto invernadero.

Otra parte de la familia de estándares que puede ser muy útil en este adecuado manejo del cambio climático, la constituyen los estándares sobre análisis de ciclo de vida.

Estos estándares permiten evaluar el total de cambios ambientales (impactos ambientales) generados por un producto desde su diseño (concepción) hasta su disposición (tumba). Por lo cual pueden ser de gran ayuda durante la etapa de diseño de producto y proceso para estimar (o incluso modelar) los impactos (positivos o negativos) que determinado proceso o producto tendrá en el ambiente.

Este apoyo puede extenderse incluso, hasta la fase de ensamble del proceso, en donde las decisiones sobre subprocesos pueden contener información referente a cómo impactarán.

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