Cambio climático

Calentamiento global amenaza seguridad alimentaria mundial

Actualmente, entre el 10 y el 16% de la producción mundial de cultivos se pierde por culpa de las plagas

calen-aliReino Unido.— Extremas sequías, fuertes inundaciones, temperaturas extremas, aumento de plagas en cosechas, son factores que se incrementan a medida que la Tierra se calienta.

Un nuevo estudio de investigadores de las universidades de Exeter y Oxford, en el Reino Unido, ha revelado que el calentamiento global está dando lugar a la propagación de las plagas de los cultivos hacia los polos norte y sur a un ritmo de casi tres kilómetros por año. La investigación, publicada en Nature Climate Change, muestra una fuerte relación entre el aumento de la temperatura global durante los últimos 50 años y la ampliación de la gama de plagas de los cultivos.

Actualmente, entre el 10 y el 16 por ciento de la producción mundial de cultivos se pierde por culpa de las plagas, entre las que se incluyen hongos, bacterias, virus, insectos, nematodos, viroides y oomicetos, pero la diversidad de las plagas de los cultivos sigue creciendo y nuevas cepas están en continua evolución. Las pérdidas de los principales cultivos por hongos y otros microorganismos, suponen una cantidad suficiente para alimentar a casi el 9 por ciento de la población mundial actual, unas cifras que aumentarán, según este estudio, si las temperaturas globales siguen aumentando como se ha predicho.

La propagación de plagas es causada tanto por las actividades humanas como por procesos naturales, pero se piensa que es principalmente el resultado del transporte de carga internacional. Esta investigación plantea que el calentamiento global está permitiendo que las plagas se establezcan en regiones previamente inadecuadas.

Por ejemplo, el calentamiento general estimula a insectos herbívoros en las latitudes más altas, como se ve en los brotes del escarabajo descortezador del pino (Dendroctonus ponderosae) que ha destruido grandes extensiones de bosques de pinos en el noroeste del Pacífico estadounidense.

Además, el hongo del añublo del arroz, que está presente en más de 80 países y tiene un efecto dramático tanto en la economía agrícola como la salud del ecosistema, se ha trasladado al trigo. Considerada una enfermedad nueva, su extensión al trigo está reduciendo drásticamente los rendimientos de trigo en Brasil.

El doctor Dan Bebber, de la Universidad de Exeter, alerta: “Si las plagas de los cultivos siguen migrando hacia los polos conforme la Tierra se calienta, los efectos combinados de una creciente población mundial y el aumento de la pérdida de los cultivos y las plagas constituyen una grave amenaza para la seguridad alimentaria global.”

Por su parte, la profesora Sarah Gurr, de la Universidad de Exeter (anteriormente en la Universidad de Oxford), añade: “Se requieren nuevos esfuerzos para controlar la propagación de plagas de los cultivos y su movimiento de una región a otra si queremos detener la implacable destrucción de los cultivos a través del mundo por el cambio climático.”

Fenómenos meteorológicos extremos

“Desde el Cuerno de África y el sudeste de Asia hasta Rusia y Afganistán, inundaciones, sequías y calores extremos han sumido a decenas de millones de personas en la hambruna y la pobreza”, dice Kelly Dent de Oxfam. “Esto solo empeorará a medida que el cambio climático cobra fuerza y la agricultura sucumbe ante al calor.”

El informe de Oxfam Extreme weather endangers food security 2010-11: A grim foretaste of future suffering and hunger muestra cómo varios fenómenos meteorológicos extremos han contribuido a la inseguridad alimentaria en los ámbitos global, regional y local desde 2010. Oxfam advierte de que el aumento progresivo en frecuencia y severidad de estos fenómenos meteorológicos extremos, agravará los impactos previstos del cambio climático en el rendimiento de las cosechas y en los precios de los alimentos; provocando una escasez de comida, desestabilizando los mercados y precipitando el alza de los precios.

En el Cuerno de África, un área en continuo conflicto y especialmente vulnerable, fuertes sequías han sumido a más de 13 millones de personas en una profunda crisis. Los precios del sorgo en Somalia subieron un 393 por ciento y el precio del maíz en Etiopía y Kenia un 191 por ciento y un 161 por ciento, respectivamente, en comparación al promedio de los últimos cinco años.

Sequías e incendios resultantes de la masiva ola de calor que afectó a Rusia y Ucrania destruyeron la cosecha de verano y causaron una subida del 60 al 80 por ciento en los precios del trigo en el ámbito global, en tan solo tres meses. En abril de 2011 los precios del trigo en los mercados internacionales eran ya un 85 por ciento más altos que el año anterior.

Fuertes lluvias monzónicas y múltiples tifones en el sudeste de Asia causaron la muerte de mil 100 personas y contribuyeron a elevar el precio del arroz en un 25 y un 30 por ciento en Tailandia y Vietnam, respectivamente, en comparación a los precios del año anterior.

Desde julio de 2011, las graves sequías en Afganistán contribuyeron al alza de los precios del trigo y de la harina de trigo, que aumentó un 79 por ciento en comparación al año anterior en las zonas afectadas.

Si bien es difícil relacionar desastres naturales específicos al cambio climático, está previsto que la frecuencia y gravedad de estos fenómenos, como los vistos durante este año, aumenten debido al cambio climático. Para los más pobres y vulnerables que gastan alrededor del 75 por ciento de sus ingresos en comida, esto podría tener consecuencias catastróficas ya que las familias se ven obligadas a intercambios imposibles en su intento desesperado por poder alimentarse.

“Cuando un fenómeno meteorológico influye en las subidas de precios a nivel regional y local, la gente pobre se enfrenta a un impacto doble. Ellos deben lidiar con los altos precios de los alimentos cuando sus animales pueden haber muerto y sus hogares o granjas y medios de subsistencia pueden haber sido destruidos.”

Los gobiernos deben generar resultados inmediatos mediante la movilización de fondos que ayuden a cubrir las necesidades de la población más vulnerable; “ahora”, para lidiar con el cambio climático y asegurar la diversidad en los cultivos, indispensable para la “segurirad alimentaria global”.

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