Cambio climático

Agujeros del “fin del mundo” ponen en alerta roja a científicos

Este gas puede llegar a producir paros cardiacos y respiratorios e incluso la muerte en un periodo de 72 horas después de la exposición

agujeros-finSiberia (Rusia).— Un grupo de científicos determinaron que los “agujeros o cráteres del fin del mundo” que aparecieron en la península de Yamal son consecuencia del cambio climático, debido al derretimiento de hidratos de gas y a la emisión de metano.

La gravedad del asunto alerta a las poblaciones de esta zona pues de acuerdo con los investigadores “es una señal de advertencia de la existencia de una amenaza mortal para las regiones del norte cuando su clima se calienta”.

El proceso ocurre de la siguiente forma: estos gases se acumulan en un montículo de tierra que es cubierto por una capa de hielo que eventualmente entrará en erupción, con lo que se formarán estos particulares y enormes agujeros en la tierra.

De acuerdo a Igor Yeltsov, líder de la investigación, el proceso es similar al Triángulo de las Bermudas, y al respecto afirma: “No podemos subestimar el peligro de que el metano afecte a los seres humanos. La mayoría de los hidratos de gas se ocultan de forma segura, pero hay territorios donde comienzan a descomponerse.”

La tarea de los investigadores consistió en monitorear todos aquellos montículos a punto de explotar. Con ello descubrieron que las temperaturas de estos cráteres han ascendido en las últimas décadas, ocasionando la liberación de los hidratos de gas.

Una de las conclusiones de esta investigación resultó ser que si el calentamiento global continúa creciendo al mismo ritmo, las ciudades más cercanas a la región se encontrarán en serio peligro de “amenaza de metano”.

La gravedad de esta afirmación radica en que una vez inhalado, el metano irrita todo el aparato respiratorio a través de la mucosa nasal, bucal, auditiva y ocular, además de los pulmones.

De esta manera este gas puede llegar a producir paros cardiacos y respiratorios e incluso la muerte en el sector más sensible (asmáticos, ancianos) en un periodo de 72 horas después de la exposición.

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