Biodiversidad

Vulnera deforestación a Chiapas

De seguir la deforestación en Chiapas, en 50 años se perdería toda la superficie arbolada del estado y más de 1.5 millones de habitantes de la sierra y la costa estarán expuestos a «grandes riesgos» por las crecidas de ríos y arroyos, como sucedió en 1998 con la tormenta Xavier y, recientemente, con el huracán Stan.

«Sin bosques y selvas, la vulnerabilidad de ciudades, colonias y rancherías asentadas en la rivera de los afluentes aumenta exponencialmente y con ella la pérdida de vidas», aseguró el biólogo y ecologista Alejandro Flamenco Sandoval.

Según la organización ecologista internacional Greenpeace, en Chiapas la cobertura boscosa se ha degradado 83 por ciento y en Oaxaca 76 por ciento; con ello se incrementó la vulnerabilidad de la población ante fenómenos climáticos. «No es casual que los estados de Chiapas y Oaxaca sean fuertemente impactados por huracanes de importancia relativamente menor», añadió Greenpeace.

El organismo aseguró que «el gobierno mexicano permite y fomenta la destrucción de bosques y manglares» y consideró que luego del desastre registrado en Chiapas los hechos han demostrado que los bosques y el agua «sí son un asunto de seguridad nacional».

Un estudio de Greenpeace, emitido en relación con el desastre causado por Stan en el sureste del país, señala que si el presidente Vicente Fox Quesada quiere ser congruente «debe pasar del discurso a los hechos» e incrementar el presupuesto para el manejo y protección forestal hasta en ocho mil millones de pesos.

El investigador indicó que la deforestación causada por el hombre también ha afectado las zonas protegidas del estado, como sucede en El Ocote, que entre 1995 y 2000 perdió 12 por ciento de su floresta, sin tomar en cuenta los siniestros o desmontes de acahuales (vegetación secundaria) para utilizar el terreno para agricultura de subsistencia. En El Triunfo, en tanto, el deterioro del ecosistema fue de 8.6 por ciento sólo entre 1970 y 1993.

La Sierra Madre de Chiapas es un macizo montañoso de 280 kilómetros de largo, desde los límites con Oaxaca hasta el volcán de Tacaná en la frontera con Guatemala, con elevaciones de hasta 2,500 metros, en donde los escurrimientos forman cientos de arroyos y ríos que descienden hacia la costa y la depresión central del estado.

La degradación de las zonas boscosas, donde se asientan más de 20 mil comunidades, se acentuó en las últimas tres décadas, lo que convierte a Chiapas en el estado más erosionado del sureste mexicano, dijo el experto.

Sin embargo, Flamenco Sandoval consideró posible detener y revertir ese proceso mediante la urgente reforestación y construcción de terrazas para restablecer la vegetación perdida. «Recuperar las zonas deforestadas es fundamental y se debe ordenar el uso del suelo y recuperar, para que en 50 años se tengan principios de recuperación», reiteró el investigador.

Fuente: El Universal

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