Se considera un pulmón dentro de la Ciudad de México; es un espacio de recreación abierto al público
Maya Comunicación
Ciudad de México, 24 de diciembre de 2021.— Los Viveros de Coyoacán fueron creados para poder brindar un espacio de conservación ambiental de distintas especies de flora. Por ello Miguel Ángel de Quevedo otorgó el primer árbol a este lugar en 1901, dando así inicio a lo que hoy en día son dos mil 100 metros cuadrados. Gracias a la donación de Quevedo, se logró que el presidente Porfirio Díaz quedara impresionado en su visita al lugar, por lo que decidió apoyar el proyecto.
Los viveros continuaron incluso durante el mandato de Madero, pero fue justo después de la muerte del espiritista en 1913 que, lamentablemente, el lugar cayó en abandono.
Hasta el año de 1938 se reabrieron sus puertas al público y pasó a ser nombrado: “El Histórico Coyoacán”, decretado así por el entonces presidente Lázaro Cárdenas.
Gracias a la Escuela de Guardas Forestales, la protección de los árboles trascendió en nuevas especies frutales. Se dieron manzanos, perales, tejocotes, durazneros, entre otros.
Esto dio pie a que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) decretara en 1958 la celebración del Día del Árbol cada 7 de julio, para simbolizar el apoyo y la valoración de la naturaleza.
Con los años el vivero ha ido mejorando y paulatinamente cambió de propósito, de servir como lugar para almuerzos gubernamentales pasó a ser un espacio de recreación y conexión con el ambiente, además de invitar a sus visitantes a ejercitarse al aire libre, lejos de la contaminación de los automóviles. Es el hogar de más de dos millones de árboles y es un espacio importante para los vecinos de Coyoacán, lo que se refleja en sus evidentes cuidados, así como en su diseño que permite una convivencia segura con la naturaleza. De hecho, aquí también se brindan cursos y pláticas sobre naturaleza y ambiente.
Los viveros están ubicados en Av. Progreso 1, Col. Del Carmen, alcaldía de Coyoacán, CP 04100, Ciudad de México, y está abierto de lunes a domingo de 6:00 a 18:00 horas. La entrada es gratuita y no se admiten mascotas.
Fotografías: Maya Comunicación
