Biodiversidad

Santuario de las tortugas

Mazunte, Oax.— La transformación de una pequeña comunidad en la costa de Oaxaca ha sido el motor para salvar de la extinción a una de las especies más antiguas que habita en los mares del mundo. De ser un lugar dedicado a la matanza y aprovechamiento comercial de la tortuga marina, hoy este pueblo es el santuario y criadero que ha permitido la sobrevivencia de varias especies de tortugas amenazadas y en peligro de extinción.

En esta apacible comunidad, antes de la década de los noventa había nueve cooperativas de pescadores dedicados a la cacería de tortugas, que eran procesadas en un rastro principalmente para ser exportadas.

Después de que en 1990 el gobierno federal mexicano decretó la veda total y permanente para todas las especies de tortugas marinas, la principal actividad económica de Mazunte se derrumbó, muchos pobladores emigraron y los pocos que quedaron sufrieron tiempos difíciles.

Hoy, el mayor logro de la comunidad es que tiene una modesta pero pujante economía local basada principalmente en el turismo y los servicios. Ya quedó atrás la época de la matanza de tortugas, también, opinan algunos pobladores, hoy la vida es más tranquila.

Y es que las tortugas que antes eran atrapadas en las redes, como la carey, laúd, prieta y la tortuga golfina, hoy son el principal atractivo del pueblo que alberga al Centro Mexicano de la Tortuga (CMT), un museo vivo que promueve el respeto y la protección hacia los quelonios.

Este cambio radical de una comunidad antes dedicada a la explotación y hoy a la protección de las tortugas, ha influido la cosmovisión de los lugareños, ahora fieles partidarios de la conservación de los ricos ecosistemas de sus mares y costas.

En opinión del biólogo Cuauhtémoc Peñaflores, director de CMT, uno de los cambios más importantes en la comunidad ha sido que los pescadores se han convertido en guías ecoturísticos o prestadores de servicios varios al turismo nacional y extranjero que visita Mazunte.

La influencia del CMT ha permitido el impulso de obras públicas como la carretera de acceso al poblado y la mejora de los servicios locales.

Hoy, las nuevas generaciones escuchan las historias de las matanzas de tortuga. Son cosas del pasado, porque la imagen más recurrente es precisamente la tortuga, símbolo y motor del progreso de esta comunidad.

Playa La Escobilla

Según los estudios del CMT, desde 1990 las poblaciones de tortugas han tenido una recuperación producto de la veda total. En playa La Escobilla, principal punto de anidación de la tortuga golfina, en 1990 anidaron cerca de 250 mil tortugas; mientras que en 2003 la cifra casi alcanaza el millón de anidaciones.

Los científicos del CMT han desarrollado técnicas de protección y recuperación de las poblaciones de tortuga, basadas principalmente en la incubación de huevos y la posterior liberación de las crías de tortuga.

A pesar de que los recursos de la institución son limitados, el personal realiza labores diarias de censos, transplante de nidos, marcado de hembras, toma de muestras sanguíneas y el monitoreo de una zona de 7.5 kilómetros de playa en donde anida la mayor parte de las tortugas.

Otra iniciativa para conocer más sobre las tortugas consistió en la instalación de un transmisor de señal satelital sobre el caparazón de dos ejemplares, para conocer los hábitos migratorios de la especie durante un año.

La Escobilla es, según los científicos, el principal sitio de anidación de tortuga golfina en México y el tercero en el ámbito mundial.

Pero no todo son buenas noticias, la tortuga laúd ha presentado una reducción de sus anidaciones y del número de especies, actualmente calculado en 600 ejemplares. Esta especie ha sido declarada recientemente como prioritaria para su conservación en Norteamérica por iniciativa de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte.

Los esfuerzos del CMT al liberar a 24 millones de tortugas desde su fundación, aseguran la conservación de la especie que aún no se libera de su principal depredador: el hombre.

De acuerdo con la organización ambientalista Greenpeace, unas 35 mil tortugas marinas son sacrificadas de forma ilegal cada año en las aguas del Mar de Cortés y las costas de la Península de Baja California, con el fin de comercializarlas en el mercado negro.

La carne de tortuga es comercializada en zonas urbanas como Tijuana, Ensenada, Mexicali, La Paz y Los Cabos, y es exportada a las ciudades estadounidenses de San Diego, en California, y Tucson, en Arizona.

La organización estima que en más de 300 comunidades pesqueras se consumen una o dos tortugas por semana, y que más de diez mil son destinadas al mercado negro de las zonas urbanas de la península y que incluso pescadores furtivos de Sinaloa también capturan quelonios para venderlos en Mazatlán, Culiacán y Los Mochis.

Las tortugas en México

Tortuga de Carey (Eretmochelys imbricata)

El adulto de la carey mide entre 71 y 91 cm de caparazón y pesa entre 36 y 64 kg. La carey tiene un pico que recuerda el de las águilas. Tiene cuatro escudos laterales y dos pares de escamas prefrontales. Los escudos que forman el caparazón se superponen entre sí.

Tortuga laúd (Dermochelys coriacea)

Su caparazón de gruesa piel la distingue de las otras tortugas que tienen caparazones duros. Mide de 152 a 178 cm y pesa entre 320 y 590 kg, aunque se han encontrado de dimensiones mayores. Tiene siete bordes o quillas duras a lo largo de su concha de piel.

Tortuga Golfina (Lepidochelys olivacea)

Su caparazón es circular y deprimido; mide entre 45 y 70 cm, y llega a pesar hasta 50 kg. Presenta más de cinco escudos laterales. Su cabeza es pequeña con dos pares de escamas prefrontales. El caparazón es de color verde olivo o café verdoso y el plastrón amarillo blancuzco.

Tortuga Prieta (Chelonia agassizi)

El caparazón de esta tortuga mide entre 71 y 91 cm y pesa entre 36 a 70 kg, y es más curvo que el de la tortuga verde. Tiene cuatro escamas laterales y sólo un par de escamas prefrontales. El caparazón es gris verdoso.

Caguama (Caretta caretta)

Estas tortugas miden de 90 a 114 cm de caparazón y pesan entre 113 y 182 kg. Ellas tienen cinco o más pares de escudos y dos pares de escamas prefrontales.

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