El uso de estos equipos permitió tomar mejores decisiones para proteger el hábitat de estas aves frente a la acción humana y el cambio climático
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 11 de diciembre de 2019.— La conservación del flamenco del Caribe (Phoneicopterus ruber) es el resultado de grandes esfuerzos de múltiples actores en las reservas de la Biosfera de Ría Lagartos y Celestún en Yucatán. Una de las organizaciones que ha participado más activamente en esta labor ha sido la Fundación Pedro y Elena Hernández, que ha laborado en la zona durante más de 15 años.
Actualmente esta organización opera el “Programa de Conservación del Flamenco en México”, en coordinación técnica y financiera con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El programa de la fundación se enfoca en el monitoreo de la especie y en el trabajo comunitario de sensibilización y educación para la conservación del flamenco. El monitoreo ha permitido la creación de una base de datos especializada de más de cinco mil flamencos del Caribe, la cual a partir de 2020-2021 estará accesible a otros usuarios especializados para profundizar en temas de conservación y preservación de la especie.
Hoy día cuenta con nueve rastreadores satelitales activos, los cuales confirmaron que estas aves vuelan hasta 500 kilómetros en una noche y que remontan su vuelo a lugares tan lejanos como a las costas de Pinar del Río y Matanzas en Cuba. Durante 2020 se planea instalar cuatro rastreadores más, para obtener una cobertura satelital más completa.
El segundo gran avance de 2019 ha sido el mejorar las técnicas en el monitoreo de aves impulsando nuevas tecnologías como videos en 4k y fotografías de alta resolución desde aeronaves tripuladas, las cuales finalmente se cruzan con sistemas de información geográfica.
El cruce de estos datos con sistemas computarizados de punta, ha ofrecido un análisis sin precedente en el monitoreo de aves. La suma de todos estos esfuerzos permite al día de hoy tener un 90 por ciento de exactitud en los conteos, lo cual es algo nunca antes visto. Durante 2020 se buscará que este sistema logre ser 100 por ciento automatizado.
No obstante, aún existen en la península áreas dispersas donde el monitoreo de aves se realiza mediante la observación directa, estos espacios también han implementado nuevas tecnologías como el uso de drones DJI Phanton que facilitan la visualización de aves en lugares de difícil acceso y ayudan a la protección de las colonias al detectar amenazas como perros ferales y otro tipo de depredadores que pueden poner en riesgo a la colonia.
