Biodiversidad

“Plaga” fue analizada hace 8 años y no se hizo algo: expertos

Los primeros registros de cantidades atípicas de la macroalga, según la Semarnat, datan del verano de 2013, pero a partir de finales de 2014 se volvió constante

Teorema ambiental/Redacción

El “cinturón de sargazo” que cruzó el océano Atlántico desde las costas de África hasta el Golfo de México encontrado por un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de Florida, es una nueva alerta sobre el incremento de la cantidad de esta macroalga marina que está afectando severamente la actividad turística en el Caribe mexicano. Sin embargo, los primeros registros sobre un eventual problema se presentaron desde hace ocho años.

El aumento de esta macroalga rojiza o marrón es un indicio de un aumento en los contaminantes disueltos en las aguas marinas, de acuerdo con el doctor Chuanmin Hu, científico marino que participó en el hallazgo del “cinturón de sargazo”. El experto indicó en la revista Science que esta planta marina en pocas cantidades sirve para alimentar algunas especies marinas, como tortugas marinas, anguilas y camarones. Además es hábitat y refugio para varios animales, como peces y delfines.

Sin embargo, al multiplicarse descontroladamente sofoca corales, pastos marinos porque impide la entrada de luz al agua y en las costas cambia el color del agua, mientras que al descomponerse emite un olor fétido.

Las primeras algas marinas llegaron a las playas de Quintana Roo en 2011, en el verano de aquel año se habló de 18 toneladas, de acuerdo con la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente de la entidad. Desde entonces se lanzaron las primeras alertas ambientales.

Mientras que las primeras cantidades atípicas fueron detectadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en el verano de 2013. Su presencia fue esporádica en ese año. Pero a partir de 2014 su presencia se volvió constante, al punto que en playas como: Cancún, Playa del Carmen, Tulum y Mahahual, se ha visto un incremento en el volumen de la macroalga en sus playas.

Greenpeace México pidió en 2015 a las autoridades investigar todas las posibles causas de la formación de sargazo y se crearon comisiones para buscar soluciones y multiplicaron los recursos dedicados al monitoreo, contención y limpieza de las playas. También se formularon las primeras hipótesis sobre el aumento de la plaga y se pensó que una causa era el derrame petrolero ocurrido en el norte del Golfo de México en 2010. Se trataba de una perforación en el pozo petrolero Macondo, compartido por México, Estados Unidos y Cuba.

Otras hipótesis se centran en el aumento de la temperatura del agua o la mayor presencia de nutrientes generados por actividades humanas, como materia orgánica y el excesivo uso de fertilizantes en la agricultura industrial. Sin embargo, Grenpeace ha acusado a las autoridades mexicanas solo de preocuparse en retirar el sargazo de las playas, que tratar de entender y frenar el fenómeno.

La llegada del sargazo a las costas de Quintana Roo hasta 2017 era entre abril y agosto, pero a partir de 2018 se registró también en el invierno. De junio a octubre se recolectaron 150 mil toneladas por diversos métodos, informó el entonces secretario de Ecología y Medio Ambiente de la entidad, Alfredo Arellano.

Ante ello, Cancún reportó hasta un 60 por ciento de bajas en las ventas en agosto del año pasado. Pero otros destinos afectados fueron: Puerto Morelos, Solidaridad, Playa del Carmen, Benito Juárez, Mahahual, Lázaro Cárdenas y Tulum.

Desde abril de este año no han parado los informes sobre manchas de sargazo que llegan a Quintana Roo. De hecho, investigadores de la Universidad del Sur de Florida informaron a principios de julio que el “cinturón de sargazo” está conformado por alrededor de 20 millones de toneladas de la alga.

El lunes pasado los quintanarroenses recibieron el primer arribo masivo en las playas Punta Molas, Playa Mezcalitos y Cozumel Este, todas al norte de la entidad.

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