Biodiversidad

Pesca de tiburón bajo la mira de la norma 029

A 10 años de comenzar a ser elaborada y luego de tres años de espera, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Norma Oficial Mexicana NOM-029-PESC-2006, relativa a la pesca de tiburones y rayas. Con esta medida, por fin será regulada esta actividad en México, dijeron las organizaciones Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Teyeliz, Conservación de Mamíferos Marinos de México (Comarino), Defenders of Wildlife, Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) y Greenpeace.

La norma, lista desde hace tres años, estuvo atorada debido a trámites burocráticos, presiones de la pesca deportiva y de la comisión de turismo del Senado. Las ONG habían denunciado en numerosas ocasiones el retraso en la publicación e incluso más de 115 miembros de la comunidad científica nacional e internacional mandaron una carta a Alberto Cárdenas, secretario de Agricultura, demandando su publicación.

“Hasta la fecha, la pesca de tiburón se hacía sin regulación y mataba ballenas, lobos marinos, delfines y tortugas marinas. Por primera vez, se protegerá a estas especies que están en riesgo e incluso en peligro crítico de extinción (caso de las tortugas). Esta norma es una de las medidas más importantes en materia de pesquerías y conservación, que se han tomado”, afirmó Yolanda Alaniz, vicepresidenta de Comarino.

Cabe señalar que con la norma, la pesca deportiva se beneficiará, debido a que por primera vez se establece una zona de exclusión para embarcaciones de mediana altura y altura, ya que actualmente se permite la pesca indiscriminada en todas las áreas.

Esta norma era necesaria porque ya se había dado una fuerte caída de esta pesquería: en 1990 se pescaban 34 mil toneladas de tiburón, y para 2003 sólo 26,500 toneladas, es decir, una caída de 22 por ciento. Algunas regiones han sido drásticamente afectadas: en Sonora la pesca se redujo en 68 por ciento; en Yucatán, 73 por ciento; en Colima, 59 por ciento y en Veracruz, 57 por ciento. Esto sin considerar que, del total de capturas, 40 por ciento corresponde a especies pequeñas y juveniles (cazón), lo que impide que lleguen a reproducirse.

Las redes de deriva utilizadas en la pesquería de tiburón por barcos de alta mar tienen hasta dos kilómetros de largo y las de la pesca ribereña hasta kilómetro y medio. Estas redes son murallas de muerte ya que no son selectivas, sino que capturan miles de mamíferos marinos y tortugas cada año. “Está demostrado que las redes tiburoneras son la amenaza más grande que enfrentan los mamíferos marinos en nuestras costas: 52 por ciento de los enmallamientos de ballenas, delfines y lobos marinos se presentan en este tipo de redes, en tanto que otro 24 por ciento se presentan en redes agalleras”, comentó Alejandra Serrano, coordinadora del Programa de Biodiversidad del Cemda.

“Esta norma es producto del trabajo de muchos sectores y era urgente que fuera publicada. No sólo beneficia al ecosistema marino, sino también a los pescadores, pues recuperar la salud de los océanos traerá beneficios económicos y sociales para ese sector. Por supuesto, vigilaremos que sea eficazmente aplicada, es decir, que no se convierta en letra muerta, como ocurre con otras regulaciones”, señaló Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos de Greenpeace México.

Con esta regulación se protegerá a las especies de tiburón, pues se prohíbe el cortar aletas y soltar a los tiburones (aleteo), limita el esfuerzo pesquero, prohíbe la captura de especies amenazadas, como los tiburones ballena, peregrino y blanco (listadas en el Apéndice II de la CITES) y las mantarrayas gigantes. Además, establece periodos y zonas de veda para la pesca de tiburón, con lo cual se favorecerá su recuperación. “Celebramos esta importante medida de protección”, afirmó Beatriz Bugeda, directora para América Latina del IFAW.

“La publicación de la norma 029 es un gran triunfo para la conservación de las especies en riesgo que son víctimas de forma incidental de las redes de deriva y superficiales, así como de las líneas de anzuelos conocidas como palangres. Las nuevas disposiciones ayudarán a disminuir la captura anual de miles de tortugas que se encuentran todas en peligro de extinción. Con esta norma, especies como la tortuga laúd, la más grande del mundo, tendrá una mejor oportunidad de salvarse de la extinción”, dijo Juan Carlos Cantú, director de programas de Defenders of Wildlife de México.

Las organizaciones ambientalistas afirman que la NOM 029 es una de las mejores regulaciones de pesca de tiburón del mundo y que satisface los compromisos internacionales contraídos por México en materia de pesca responsable.

Fuente: CEMDA

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