Biodiversidad

Nueva propuesta contra calentamiento global

Para combatir el efecto invernadero, algunos países en desarrollo han propuesto en la Cumbre de Montreal que se les reconozca sus esfuerzos en materia de conservación de sus bosques.

Hasta ahora, la discusión ha versado únicamente en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) ya sean industriales, domésticas o por los automóviles.

Por tal motivo, países como Papúa Nueva Guinea y Costa Rica, reunidos en la llamada “Coalición por los Bosques”, afirman que las masas forestales contribuyen a la estabilización del clima.

Un grupo de países en desarrollo propuso en la Cumbre de Montreal que la conservación de sus bosques les sea retribuida por el mundo desarrollado para compensar así los beneficios que aportan las masas arbóreas a la estabilidad del clima en el planeta. En la actualidad, los mayores esfuerzos para combatir el calentamiento del planeta se concentran en recortar las emisiones de los gases de efecto invernadero en las industrias, los coches y las plantas térmicas.

Lo que plantean estos países, encabezados por Papúa Nueva Guinea y Costa Rica, es que sus esfuerzos para mantener íntegros los bosques les sean reconocidos. Argumentan que los árboles absorben, neutralizan y fijan el CO2 en la madera y que además generan oxígeno que limpia el aire.

Según diversos informes, la deforestación es la segunda causa del cambio climático, después de las emisiones de los combustibles fósiles. La pérdida de bosque ha añadido grandes cantidades de emisiones de CO2, bien por los incendios, bien por la sustitución de un terreno forestal por otro roturado.

En los noventa los científicos de la ONU calcularon que entre el 20 y el 25 por ciento de las emisiones de CO2 mundiales fueron generadas por la deforestación, el cambio de uso de la tierra y la degradación de los bosques.

El argumento de estos países, reunidos en la Coalición por los Bosques, es que es necesario obtener algún tipo de compensación para poder contribuir al mantenimiento de las masas forestales y para evitar las talas indiscriminadas a las que los obliga la pobreza. Se abre la puerta a la posibilidad de que un país compre cupos de emisiones de carbono no efectuadas en estos países forestales, siempre y cuando se demuestre que las políticas en este país han contribuido a evitar esas emisiones. La propuesta ha contado con el apoyo inicial de Australia, Japón o la Unión Europea.

La opinión generalizada entre las delegaciones es que la idea debe ser analizada, pero no se espera una aprobación inmediata, puesto que son muchos los detalles técnicos. Por ejemplo, resulta muy complicado demostrar en qué momento se han retenido emisiones al haberse evitado los incendios o las talas. La mayor parte de estos países carece de inventarios de sus bosques, lo que dificulta saber cuál es su situación de partida. Por otro lado, un bosque joven que va creciendo va fijando dióxido de carbono en la madera, pero una masa forestal vieja sin tocar puede arrojar más CO2 del que capta.

Fuente: La Vanguardia

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