Biodiversidad

Narvales, los unicornios del mar

Se trata de unos extraños cetáceos que tienen un cuerno que mide más de dos metros de longitud

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 4 de mayo de 2020.— El hombre creó gran cantidad de animales con su imaginación, pero existen algunos que parecen sacados de alguna narración fantástica. Uno de ellos es el narval o mejor conocido como el “unicornio del mar”.

Se trata de un cetáceo que habita en las aguas del océano Ártico. Tiene dientes, por lo que se le denomina odontoceto. Su cuerpo está adaptado para vivir en temperaturas gélidas de los mares de Noruega, Groenlandia, Canadá y Rusia.

Pesan de 800 a mil 600 kilos y alcanzan una longitud de hasta 4.5 metros sin su cuerno. Los machos son los de mayor tamaño y peso. Su cuerno en realidad es un diente canino o colmillo. De hecho cuentan con dos dientes en la punta de la mandíbula superior y uno de ellos se desarrolla más, hasta una longitud de tres metros y crece a través del labio superior izquierdo.

El colmillo es de marfil y tiene forma espiral, pero solo crece en los machos, mientras que en las hembras no se desarrolla tanto.

En 2017, World Wildlife Fund Canada y Fisheries and Oceans Canada capturaron a varios narvales nadando en Tremblay Sound, Nunavut, y descubrieron su utilidad. Resulta que lo mueven con rapidez en el agua para golpear y aturdir a los peces cercanos y entonces devorarlos.

Otros expertos señalan que el cuerno también es usado para defenderse ante un ataque, como un sensor para detectar las condiciones del agua o los niveles de sal, para perforar el hielo superficial, ya que a veces quedan atrapados o rodeados por este cuerpo de agua sólido, y necesitan salir a la superficie a respirar periódicamente, incluso para competir con otros machos por territorio o hembras durante el celo.

La misma organización señala que hay más de 80 mil ejemplares de narvales en el mundo, pero en zonas como Groenlandia se encuentran amenazados por la caza excesiva.

Estos animales son atractivos para el hombre por su carne, grasa rica en vitamina C y, por supuesto, sus colmillos. Tan solo en Groenlandia, de mil 954 narvales registrados en 2008 para 2010 solo había unos 200.

También son víctimas del cambio climático e indirectamente de los daños ambientales provocados por las industrias de gas y petróleo en esas latitudes.

Siempre nadan en grupos de 10 a 20, aunque se han documentado más de mil narvales juntos. Sus depredadores naturales son osos polares, orcas y morsas. Pueden pasar hasta 25 minutos sin respirar y alcanzan profundidades de más de mil 500 metros.

Viven más de 50 años, se alimentan de peces, camarones y calamares.

Estos animales comenzaron a ser cazados en la Edad Media, pues se creía que el colmillo servía para curar la epilepsia, mitigar ciertos venenos y fortalecer el corazón, de hecho, se dice que la reina Isabel I de Inglaterra tenía un colmillo como uno de sus tesoros más valiosos.

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