Biodiversidad

La geomática, al servicio de la reforestación

La geomática es la disciplina encargada de identificar los sitios potenciales para realizar acciones y programas de reforestación o de restauración. Es el primer paso que debe darse para lograr revertir los procesos de deterioro de los diferentes ecosistemas.

La geomática se apoya en estudios desarrollados por diversas instancias gubernamentales, como son el Inventario Nacional Forestal, los Índices de Erodabilidad del Suelo a Nivel Nacional, los Diagnósticos de las Áreas Naturales Protegidas y la Información sobre Biodiversidad, entre otras.

Sin embargo, en muchos estados de la República Mexicana se han realizado interesantes trabajos en cuanto a inventarios y diagnósticos de áreas para ser restauradas, pero en muchos de los casos esta información es subutilizada.

Como consecuencia de esta realidad, el área de geomática de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) está integrando una base de datos y coberturas geográficas que serán utilizados para apoyar a las gerencias regionales de la institución, dentro de lo que es el aspecto fundamental de planeación.

Una vez identificadas las áreas por atender, la Conafor realiza un levantamiento de las superficies en el nivel de polígonos, con el apoyo de un receptor GPS, que incluye información relevante del sitio y de los datos específicos del predio. Posteriormente, se integra la información en el plano nacional, zonal, estatal, municipal y predial.

Concertación social

El objetivo ideal de la reforestación debe estar relacionado con la solución parcial o total de los problemas que se hayan manifestado con la comunidad o con el propietario, es decir, debe existir una anuencia escrita del dueño o poseedor del predio. Esto incluye, por supuesto, que se analizó cuáles son las especies idóneas o las que tienen un significado especial para los usos, costumbres y tradiciones de los habitantes asentados en las zonas de restauración ecológica.

El siguiente paso en el proceso de reforestación consiste en tomar datos como linderos con sus coordenadas, tipo de suelo, profundidad del suelo, pedregosidad, pendiente media, altitud, tipo de vegetación, superficies con cárcavas, pastos y herbáceas, vegetación arbustiva, abundancia y altura.

En la selección de las especies se deben tomar en cuenta objetivos como recuperar la fertilidad de los suelos, la biodiversidad, la recarga de los mantos acuíferos. También se deberá contar con la certeza de que todo el germoplasma que se utilice en la producción de plantas confirme su procedencia y las especies vayan acorde con los trabajos de reforestación o restauración.

Las gerencias regionales de Conafor, por conducto de la gerencia del Programa Nacional de Reforestación (Pronare) y los comités estatales de reforestación, definirán los parámetros mínimos de calidad de la planta que se producirá en los viveros (talla, diámetro al cuello del tallo, sanidad, vigor y lignificación). Las especies o grupos de especies dependen de las características climáticas y edáficas de los predios.

Prendimiento y desarrollo

Antes de entregarse la planta para su establecimiento en campo, deberá realizarse una selección de la misma, de tal manera que a la plantación sólo sea llevado un ejemplar «plantable», es decir, que presente las mejores condiciones morfofisiológicas que garanticen su supervivencia.

Para que «prenda» y se desarrolle la planta, se debe preparar el terreno y este proceso comprende desde el aflojamiento previo del sitio y el levantamiento de bordes pendiente abajo para aprovechar al máximo la captación de la precipitación, hasta la realización de obras de conservación de suelos y agua.

Con el apoyo de personal técnico se debe indicar y verificar que las hileras sigan las curvas de nivel, que se respeten los espaciamientos entre plantas, que se hagan las podas de raíz y despuntes requeridos. Posteriormente, es fundamental descargar la planta con los cuidados necesarios y que se almacene de forma temporal, protegiéndola de condiciones de estrés innecesario.

En el traslado de la planta, si se realiza en un plazo mayor a 4 horas, se recomienda aplicar un funguicida antes de cargar la planta. El vehículo en el que se transporte la planta deberá estar cubierto con una lona y al colocar el arbusto se debe realizar con cuidado, evitando apretar demasiado los envases para no dañar las raíces y la parte aérea.

Para proteger a la plantación, se establece un cerco perimetral, el cual debe contar con brechas cortafuego trazadas considerando la dirección del viento dominante y con pendientes que no produzcan la formación de cárcavas. El chaponeo, cajeteo, fertilización, tutoreo, podas y aclareos son actividades anuales que tienen el objetivo de mantener la plantación en buen estado.

Estas actividades incluyen la reparación periódica del cerco perimetral, limpia y chaponeo de las brechas cortafuego, control manual, químico o mecánico de plagas y enfermedades. También hay que considerar los recorridos de campo del propietario, para lograr la identificación oportuna de plagas y enfermedades y el establecimiento de letreros alusivos al respeto a la propiedad privada.

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