Biodiversidad Ecosistemas

Indígenas ecuatorianos encuentran tabla de supervivencia en ecoturismo

El proyecto se encuentra en Cotacachi-Cayapas, una de las más grandes y diversas de Ecuador

PIÑÁN (ECUADOR).— Una maravilla de la naturaleza en los Andes se convirtió en la tabla de salvación para una comunidad indígena ecuatoriana, que luego de muchos años logró tener allí un pedazo de las cerca de 27 mil hectáreas de un antiguo amo y apostar al turismo de aventura.

Piñán está enclavado en la reserva de Cotacachi-Cayapas, una de las más grandes y diversas de Ecuador, y forma parte de una hacienda de 27 mil hectáreas que en la época colonial perteneció a un conde español y hoy a una empresa agrícola familiar.

“Esta comunidad ha sido históricamente relegada, un prototipo de la hacienda en Ecuador en donde los indígenas permanecían cautivos y eran transferidos con la propiedad”, cuenta Iván Suárez, relacionista público del colectivo y miembro de la organización no gubernamental (ONG) Cordillera que impulsa el proyecto de turismo comunitario.

El lugar, cuyo desarrollo contrasta con la pobreza de las chozas comuneras, fue inaugurado el fin de semana con motivo de la competencia de aventura Huairasinchi, que incluyó una travesía por Piñán, dominado entre otros por el volcán Cotacahi (cuatro mil 937 metros).

La Unión Europea aportó 60 mil dólares y los nativos 30 “mingas” (jornadas comunitarias) para construir la hostería con capacidad para 20 personas, entre junio y diciembre pasado.

Las ganancias por estos servicios las administra un líder y un porcentaje se destina al ahorro. Otros ingresos como propinas se reparten entre quienes trabajan, y existe una tienda que abastece al pueblo con lo que se evita la fuga de dinero.

El refugio es “la primera etapa de construcción de la ruta de trekking (caminata) más importante del norte ecuatoriano porque integra el río Intag, los páramos de Piñán y las piscinas termales de Chachimbiro”, explica Suárez.

El proyecto de Chachimbiro, en marcha desde hace 15 años, involucra a nueve comunidades negras, indígenas y campesinas, y en 2009 reportó ventas por 1.1 millones de dólares.

Suárez remarca que para que Piñán alcance tal éxito necesita ante todo que el Estado cumpla una ley que lo obliga a comprar las tierras privadas en parques naturales para su conservación.

Fuente: elcomercio.com

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