Gracias a su intrincado relieve, con elevaciones de tres mil metros de altura y sótanos pronunciados, la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, en Querétaro, concentra 14 ecosistemas distintos.
Estas características le permiten ser una de las zonas más ricas en diversidad biológica de México, sin embargo, sus más de cien mil habitantes viven con problemas.
“Nada más nos ocupan para trabajar unos dos días y ya, ya no tenemos ni a dónde. Aquí ganamos muy poquito”, comentó Candelario González Hernández, habitante de Sierra Gorda de Querétaro.
Las comunidades serranas por lo general se conforman por mujeres y niños, ya que los hombres parten a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, migración que se podría frenar con proyectos de conservación.
“Que ahora la gente dueña de los bosques viva de cuidar los bosques, porque ahora se le va a pagar, porque está cosechando agua, porque está protegiendo suelo, porque está alimentando manantiales”, dijo Martha Ruiz Corzo, directora de la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda.
Una de sus principales apuestas es captar recursos internacionales por mantener en buen estado el área protegida.
Para ello, universidades de Querétaro y Nuevo León han apoyado a la reserva con la realización de estudios, con los que han determinado la cantidad de contaminantes que puede contener la vegetación en Sierra Gorda, y así, establecer un precio por ellos.
La Reserva de la Biósfera Sierra Gorda ha recibido 420 mil dólares de siete países, como pago por compensar la emisión de 28 mil toneladas de carbono.
“Ése es el objetivo a largo plazo, ir consiguiendo que los ecosistemas también sean reconocidos por los mercados, tanto nacionales como globales”, indicó Ruiz Corzo.
Además de este esquema se apuesta a recibir recursos por el programa ProÁrbol, y así garantizar una mejor calidad para las familias serranas, y la conservación de esta zona abundante en biodiversidad.
Fuente: Once Noticias
