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Fuentes alternas de energía: biología sintética y recargadores de hidrógeno

Un grupo de científicos de varios países impulsa la biología sintética a partir de una novedosa técnica que separa células en sus componentes fundamentales para reconstruir luego organismos nuevos. Esta técnica aplica a la biotecnología sobre estrategias con las que se construyen computadoras, puentes y edificios.

Este proceso ensaya la habilidad de producir organismos vivientes nunca antes vistos, de una molécula genética a la vez, luego de mezclar y equiparar componentes químicos de material genético (ADN) en un esfuerzo por producir medicinas, computadoras y fuentes alternas de energía basados en mecanismos biológicos. A partir de la combinación de nuevos genes, es posible la creación de nuevos organismos que produzcan combustibles alternativos, como hidrógeno y etanol.

Pero con las grandes posibilidades llegan también los dilemas éticos, porque posibilitaría, por ejemplo, la creación de armas biológicas, lo que hace fundamental analizar las implicaciones sociales del nuevo campo de estudio de la biología.

Cada día, cobran mayor importancia las investigaciones en lo que a biotecnología y energía alternativa se refiere; ante el encarecimiento de los energéticos y combustibles, es fundamental dar pie a la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías aplicables a la optimización de nuestros recursos naturales.

En este mismo sentido, un grupo de ingenieros de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, desarrollaron una tecnología con la cual los usuarios de dispositivos electrónicos podrían recargar energía a las pilas por medio de conectores de hidrógeno.

Un cartucho del tamaño de una tarjeta de crédito, que contiene pequeñas esferas que producen hidrógeno, libera la cantidad suficiente de éste para recargar dispositivos portátiles como una computadora portátil, en teléfono celular o una PDA.

La tecnología desplegada por los ingenieros combina un método que produce hidrógeno al fusionar borohidrato de sodio con agua y un catalizador. En la reacción se producen pequeñas partículas de aluminio, las cuales liberan hidrógeno durante su combustión.

Este hidrógeno sería suficiente para recargar una batería y producir electricidad, todo esto sin causar daños al ambiente y sin la emisión de desechos tóxicos.

Además, el impacto económico y ecológico sería enorme, toda vez que hay cientos de millones de dispositivos electrónicos en uso, muchos de los cuales comienzan a emplear celdas de poder, ya sea a base de hidrógeno o metanol.

Teorema Ambiental / 2000 Agro

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