Especies

Una batalla perdida en la conservación de los perritos de pradera de Sonora

Oscar Moctezuma O.*, Juan Carlos G. Bravo**

De simpático aspecto, cara redonda, orejas pequeñas, patas cortas y garras largas, son los perritos de la pradera (Cynomys ludovicianus); habitan la zona centro occidental de Estados Unidos, en regiones de grandes praderas, y en México en el estado de Chihuahua y en muy reducido número en Sonora. Sin embargo, el pasado mes de octubre, decenas de estos roedores se perdieron, no por cacería ilegal ni por enfermedad, sino por maniobras de agencias de gobierno que tienen el mandato de proteger a las especies amenazadas en territorio mexicano.

La “amenaza” provino, por sorprendente que parezca, de la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable de Sonora (Cedes), que con sus decisiones y posturas “inexplicables”, han contribuido a mermar la población de esta especie “amenazada” y catalogada en la NOM059-2011.

En la Región Prioritaria para la Conservación “Cuenca del Río San Pedro”, al norte de Sonora, están las dos últimas colonias de perritos de pradera, por lo que instituciones y personas que trabajamos procurando su cuidado, acordamos diversas estrategias para recuperar poco a poco a esta especie. Una de las estrategias de Naturalia, es establecer una nueva colonia en Sonora en la reserva de la organización, “Los Fresnos”.

Es muy probable que allí hayan habitado anteriormente los perritos y hubieran sido erradicados intencionalmente, pero afortunadamente el hábitat se mantiene en óptimas condiciones dentro de esta reserva, lo que daba gran sentido a esta estrategia. Por ello, la Dirección de Especies Prioritarias (DEP) de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través de procesos participativos involucró a diversas organizaciones, académicos y al Cedes, derivando en el borrador del Programa de Acción para la Conservación de la Especie (PACE) del perrito de pradera.

Cuando a principios de octubre pasado estábamos alistando los últimos preparativos para realizar las capturas y traslados de perritos a “Los Fresnos”, nos enteramos que Cedes había obtenido de la DGVS, sin aval de la Conanp, un permiso para extraer 100 ejemplares de perritos y sacarlos del país, en lo que ellos llaman un esfuerzo de “conservación” pactado con el gobierno del estado de Arizona.

Esto lo hizo Cedes sin informar ni a la Conanp (a la que dice respetar y atender) ni a los actores civiles que llevamos años trabajando en la cuenca, y a pesar de haber participado en las reuniones para desarrollar el PACE, en el que nunca se integró dicha actividad, pues en opinión de la Conanp, la Universidad de Sonora, Naturalia y otros actores locales, que expresaron con anterioridad tanto a Cedes como al Departamento de Caza y Pesca de Arizona (AZGFD), en ese momento no se consideraba prioritario ni conveniente extraer perritos, si no era para fortalecer la población en Sonora. No existen razones que expliquen por qué una institución de Sonora (Cedes), considera “prioritario” para la conservación del perrito, reducir su número y mandarlos a Arizona.

Con el argumento de que se establecería un reservorio genético en Arizona, que primeramente debería establecerse en Sonora, la DGVS justificó y autorizó esta exportación a un país en el que los perritos no gozan de protección y a un estado que permite matarlos si “representan un riesgo a las personas” y que tiene reportes de muertes por peste bubónica —principal epidemia en sus colonias y que no existe en México.

¿Por qué la DEP de la Conanp y la DGVS trabajan con criterios tan opuestos y no se coordinan entre sí, siendo organismos de la Semarnat? ¿Cómo pudo la DGVS autorizar dicha exportación? ¿Por qué consideró la DGVS que sacar ejemplares del país era prioritario para cumplir con el mandato de la Semarnat de proteger a las especies en el territorio nacional? Tampoco pudieron explicar nada de esto.

Su argumento fue que el Cedes “cumplió con el trámite” y que su solicitud fue avalada por un reconocido académico, que después en un mensaje de correo electrónico dirigido a ellos mismos y a todos los involucrados, admitió no tener experiencia y recomendó que los perritos no salieran de Sonora. Nuevamente, la DGVS ignoró esta recomendación que sorprendentemente provenía de la misma persona que dio el aval científico al Cedes y el AZGFD, y se fundamentaba en estimaciones poblacionales de una metodología aplicada ¡durante dos días de monitoreo!, con lo que estimaron un tamaño de población muy superior al que Naturalia y la Conanp obtuvieron ¡durante año y medio! Y cuyos creadores de la metodología han especificado que no es adecuada para estimar poblaciones. ¿Por qué la DGVS ignoró todos estos elementos?

De acuerdo con nuestras estimaciones avaladas por diversos especialistas, el tamaño de las colonias de Sonora no puede soportar que se extraigan perritos para mandarlos a Arizona y otros para llevarse a “Los Fresnos”, por lo que solicitamos a Cedes y a la DGVS que se detuviera la captura y traslado, hasta que el caso se analizara desde un punto de vista técnico. Se propuso también que consultáramos al Consejo Técnico Consultivo Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (Conavis), cuerpo asesor que la DGVS creó para resolver casos como éste.

El Cedes y el AZGFD procedieron con la captura y traslado de perritos a Arizona. Ante este panorama y la falta de prudencia de nuestras autoridades, en Naturalia decidimos no ejercer el permiso de captura otorgado por la DGVS para trasladar perritos a “Los Fresnos”, no consideramos que debamos correr el riesgo de afectar esas colonias, aun cuando el propósito de nuestro proyecto sí busca la recuperación de esta especie en Sonora. Hemos decidido que lo más prudente es detener el establecimiento de colonias, hasta saber el efecto de las actividades de Cedes y el AGFD.

No hay palabras para expresar la indignación y decepción que sentimos de saber que de nuestro país salen especies “protegidas” para atender las agendas políticas de otros países y que instituciones de gobierno que deberían velar por su protección, anteponen en estos casos intereses ajenos a la conservación. Es poco probable que en este año, la Semarnat resuelva los vacíos legales e ineficiencia de funcionarios que permiten saquear nuestros recursos naturales. Por nuestra parte no nos queda más que fortalecernos como institución para exigir por medios más efectivos el cumplimiento de las leyes en materia de conservación de la biodiversidad mexicana.

* Director general de Naturalia, AC
** Representante de Naturalia, AC, en Sonora

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