Especies

Tiburones prehistóricos salían del mar para cazar reptiles alados

Investigadores descubrieron un fósil de 80 millones de años de un pterosaurio que tenía incrustado el diente de un tiburón

Teorema Ambiental/Redacción

Un diente de tiburón ancestral clavado en la vértebra fosilizada de un reptil volador es la prueba de cómo un tiburón prehistórico, similar al que aparece en la película Megalodón, salía de las profundidades para cazar reptiles voladores hace millones de años.

Investigadores de la Universidad de Carolina del Sur (USC) que estudiaron los huesos conservados en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles aseguran que se trata de una visión rara de las interacciones de la vida silvestre en el periodo Cretácico.

Los hallazgos ayudan a llenar vacíos sobre cómo un grupo de criaturas voladoras extintas, los pterosaurios, vivieron y se comportaron, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Peer J.

“Comprender la ecología de estos animales es importante para entender la vida en la Tierra a través del tiempo”, dijo el autor principal del estudio, Michael Habib, profesor de ciencias anatómicas integradoras en la Escuela de Medicina Keck de la USC.

“Hay tiburones hoy en día que cazan aves marinas. Sí, los hay. Ahora sabemos que los tiburones cazaban animales voladores desde hace 80 millones de años”, aseguró.

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A finales del periodo Cretácico, América del Norte estaba dividida por una vía de agua gigante llamada Western Interior Seaway. Era una región biológicamente prolífica desde el Golfo de México hasta Canadá. Aquí se encuentran algunos de los mejores fósiles del mundo de esta época, incluida la región de Kansas Chalk de Smoky Hill, donde se encontró este espécimen.

El fósil se excavó en la década de 1960 y se guardó en el museo antes de que los científicos lo sacaran de una pantalla para estudiarlo más profundamente. Estaban intrigados por el diente de tiburón incrustado debido a que de más de mil 100 especímenes de pteranodon, una especie de pterosaurio, solo siete, menos del 1 por ciento, muestran evidencia de interacción depredador-presa.

Los gigantescos reptiles voladores abundaban cuando los dinosaurios caminaban por la tierra. El pteranodon tuvo un cráneo llamativo, con una envergadura de seis metros y un peso estimado de alrededor de 450 kilos. Podían viajar largas distancias, aterrizar y despegar en el agua y les gustaban los peces.

Pero los océanos antiguos eran un lugar peligroso para quedarse. Bajo las olas se escondían grandes reptiles carnívoros y tiburones. Y por más feroz que fuera el ave, no fue rival.

Los científicos tuvieron que descartar que el diente de tiburón, de aproximadamente 2.5 centímetros, no estaba pegado al azar a la vértebra de pteranodon. El diente estaba atorado entre las crestas de las vértebras del cuello, lo que era una clara evidencia de una mordedura. El diente pertenecía a Cretoxyrhina mantelli, un tiburón común en ese momento. Este depredador en particular era grande, rápido y poderoso, de aproximadamente 2.5 metros de largo y comparable en apariencia y comportamiento al gran tiburón blanco de hoy, aunque no está relacionado.

Por lo general, los tiburones de entonces habrían dejado los huesos de pterosaurios totalmente destrozados, dejando poco rastro. En este caso, el diente simplemente se atascó en una parte particularmente huesuda del cuello. Tal descubrimiento de fósiles es tan raro que este es el primer caso documentado de esta especie de tiburón que interactúa con un pterosaurio.

Si bien los investigadores no saben exactamente qué sucedió, Habib dijo que es posible que el ataque se produjera cuando el pteranodon era más vulnerable, extendido sobre el agua.

“Sabemos que los grandes tiburones comieron pterosaurios, por lo que podríamos decir que una gran especie depredadora rápida podría haber comido este pteranodon cuando entró al agua, pero probablemente nunca lo sabremos exactamente”, dijo Habib.

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