Especies

Perrito de las praderas, los esfuerzos para su rescate y conservación

Esta especie está considerada en peligro de extinción por la Semarnat. La amenaza al perrito de las praderas aumenta por la presencia del hombre en su hábitat

Teorema Ambiental/Redacción

En los pastizales del noreste de México, si alguien tiene mucha suerte, puede ver asomarse desde sus hoyos a unos pequeños mamíferos semejantes a las marmotas conocidos como perritos de las praderas. Este roedor, también conocido como perrito llanero, es una especie endémica y emblemática del semidesierto de los estados de Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí, muchas veces confundidas con tuzas, topos e incluso ardillas comunes.

Actualmente, esta especie está considerada en peligro de extinción por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). La amenaza al perrito de las praderas aumenta por la presencia del hombre en su hábitat y se desconoce con precisión el número de individuos que aún existen en el noreste de México.

Ante esta emergencia, desde hace casi 19 años, el Museo del Desierto (Mude) conserva y reproduce esta especie y fomenta su cuidado y protección a sus visitantes. En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, especialistas de la institución explican la importancia del perrito de las praderas, los retos de su conservación y reproducción, además del futuro de esta especie simbólica del noreste de nuestro país.

Junto con el Cynomys ludovicianus que habita en Estados Unidos y en partes del norte de Sonora y Chihuahua, son las dos especies de perritos llaneros que podemos encontrar en nuestro país. “El perrito de las praderas es un roedor del orden mamaria, es decir, que son mamíferos, son muy parecidos, están emparentados, si acaso, con las marmotas (…) El Cynomys mexicanus es una especie que se encuentra delimitada en un área de 500 kilómetros en la zona limítrofe que está entre los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas, de este último ya desapareció”, explicó José Antonio Valencia Reyes, médico veterinario responsable del Mude.

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El perrito de las praderas está en peligro de extinción de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 de Protección Ambiental de Especies Nativas de México de Flora y Fauna Silvestres. Tiene un peso de entre 800 gramos y 1.200 kilogramos en vida silvestre, mientras que en cautiverio alcanza un pesaje de entre 1.5 y dos kilogramos. Viven en colonias organizadas en clanes o familias y cuentan con cierta estructura social ante las amenazas de depredadores.

“Sus hábitos son semiexcavadores, viven en túneles que llegan a medir entre 15 y 20 centímetros de diámetro a una profundidad entre 1.5 y cinco metros, con una longitud en vida silvestre de 300 metros, pero tenemos aproximadamente 40 o 50 metros en el Mude. Eso no permite que haya muchas colonias, y calculamos que tenemos entre 60 y 80 individuos. Como son de hábitos diurnos, sus ‘picos’ de actividad son durante la mañana y la tarde cuando está más fresco”, detalló Valencia Reyes.

En cautiverio llegan a vivir ocho años, pero en vida silvestre se reduce a la mitad, hasta cuatro años, porque están a expensas de los depredadores naturales como el coyote, la zorra del desierto, algunas víboras de cascabel, e incluso el águila real, etcétera. Son animales 90 por ciento herbívoros, 10 por ciento restante son granos, aunque especialistas del Mude señalan que incluso han comido cadáveres de pequeños pájaros que caen en su espacio. De acuerdo con la cantidad de alimento, su reproducción fluctúa entre dos y ocho crías por camada, con riesgo de que hasta 60 por ciento sea devorada por otras hembras.

Es una especie clave en la conservación del entorno, porque modifica el hábitat y arquitectura del ecosistema de forma considerable. Habitan en zonas planas, principalmente pastizales y en vida libre tumban cualquier brote que esté en crecimiento y tape su visibilidad para mantener su área limpia.

“Hacen una especie de ‘montañitas’, montículos alrededor de su madriguera para estar un poco más elevados y tener más visibilidad. Se le llama perrito de las praderas, sobre todo por el ruido que hacen, un chillido que se puede confundir con el ladrido de un perro pequeño, cuando hay peligro, de ahí viene el nombre aunque no tiene nada que ver con los perros”, aclaró Fernando Toledo González, responsable de Fauna y encargado del Proyecto Desierto Viviente del Mude.

Conservación para su reintroducción

No se conoce con precisión el número de perritos de las praderas que existen en el noreste y esto dificulta su estudio y conservación.

“El último estudio que se hizo señala aproximadamente un millón de ejemplares en vida salvaje, pero esto tiene varios años, es de los años cincuenta. Esto varía mucho, es muy difícil saber, por sus hábitos normales que son semiexcavadores y viven normalmente en túneles, es muy difícil verlos, pero se puede hacer más o menos un cálculo debido al número de colonias”, refiere el especialista.

La reproducción de perrito llanero en el Mude ha sido exitosa, incluso propició el pie de cría, es decir, la posibilidad de reproducir la especie en otras instituciones a partir de individuos del Mude. Otras instituciones que han contado con ejemplares son Africam Safari en Puebla y el Zoológico de Chapultepec en la Ciudad de México, además de intentos de reproducción en Zacatecas.

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