Especies

Nace el primer pingüino en México

El polluelo, que pesa 157 gramos, es alimentado de manera natural por sus padres

nace-pinguinoVeracruz.— En las instalaciones del Acuario de Veracruz nació la primera cría de pingüino de Humboldt (Speniscus humbodlti). Se trata del primer pingüino nacido en territorio nacional, lo cual posiciona a esta institución como líder en materia de conservación de fauna silvestre.

El nacimiento se dio el pasado 11 de mayo, después de 36 horas de trabajo de eclosión, tiempo durante el cual los padres no dejaron de asistir y estimular al crío para salir del huevo.

El polluelo, que pesa 157 gramos, es alimentado de manera natural por sus padres, quienes se turnan para proveerle alimento: almacenan en el buche el pescado que se les ofrece diariamente como parte de su dieta, en esta cavidad el pescado es triturado y enriquecido con nutrientes propios del estómago para después regurgitarlo en el pico de la cría. Ésta será la forma de alimentación del pequeño pingüino durante los próximos cuatro meses.

Los padres, Ely, de tres años de edad, y Kike, de dos años y medio, forman parte de la colonia de diez pingüinos que llegaron hace 11 meses a territorio veracruzano procedentes del Zoológico de Huachipa, ubicado en la afueras de la ciudad de Lima, Perú; para habitar en el primer pingüinario construido en México, inaugurado el pasado 15 de julio de 2014.

“Para el Acuario de Veracruz es de gran satisfacción el convertirnos en la primera institución en México en lograr la reproducción de pingüinos. De esta manera contribuimos a la conservación de estas carismáticas aves marinas y, por supuesto, habla de lo bien que se sienten en su casa jarocha, la cual está equipada con eficientes sistemas de filtración y monitoreo, tanto del agua como del aire de su exhibidor, y se complementa con el cuidado y atención por parte del equipo de veterinarios, biólogos y buzos a cargo de ellos”, señaló Ricardo Aguilar Durán, gerente técnico del acuario.

El ejemplar se encuentra al cuidado de sus padres en uno de los diez nidos con que cuenta el hábitat rocoso del exhibidor, y se estima que deberán transcurrir por lo menos 90 días para que le permitan salir del nido para convivir con los demás miembros de la colonia y recibir sus primeras clases de nado y sobrevivencia.

Fuente: Teorema Ambiental

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