Especies

Liberan a guacamayas rojas en reserva de Veracruz

Hace más de 40 años habían desaparecido de la región, y con este proyecto de introducción se logró traerlas de vuelta

guacamaya-rojaTras abrir las ventanas del aviario, las enormes guacamayas rojas salieron poco a poco, tímidas; exploraron el entorno y se guiaron por las aves liberadas anteriormente, que permanecen en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, en Veracruz, porque es su hogar.

El equipo, que labora bajo la dirección del Instituto de Biología de la UNAM, y que es coordinado por Patricia Escalante, soltó 13 guacamayas, y otras 13 fueron trasladadas a la Reserva Ejidal Benito Juárez para hacer una liberación suave y reforzar ese sitio, que se abrió el año pasado.

En la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas ya se habían llevado a cabo proyectos de conservación de animales como los cocodrilos de pantano o los monos aulladores, pero el de las guacamayas rojas es importante porque desde hace más de 40 años habían desaparecido de la región, y se logró traerlas de vuelta, resaltó Patricia Escalante, del Instituto de Biología de la UNAM.

Cuando se cumplan cuatro años de haber iniciado esta tarea se habrán liberado aproximadamente 130 aves, “así que se puede decir que es la cuarta parte de una meta ambiciosa de conseguir una población de 500 para que tengan mejores posibilidades de mantenerse a largo plazo. Además, este plan pretende demostrar que todos pueden poner algo de su parte para revertir la situación de deterioro de los ecosistemas y recuperar, en particular, a esta especie hermosa e inteligente”.

Al compartir esta experiencia se contribuye a valorarlas y los lugareños se benefician de su presencia, pues la derrama económica del ecoturismo alcanza a muchos gremios. Con este ejemplo se espera inspirar a la gente para que consideren cuidar y recuperar la selva.

Para ello, es preciso mejorar su hábitat y el de muchos animales que sufren por falta de áreas adecuadas, expuso la experta. “Si a través de las guacamayas se recupera poco a poco su entorno, otras especies que aún no han desaparecido de Los Tuxtlas, pero que están amenazadas localmente, pueden recuperarse, pues necesitan al menos 50 por ciento de cobertura vegetal para subsistir”, concluyó.
Hace más de 40 años habían desaparecido de la región, y con este proyecto de introducción se logró traerlas de vuelta

Tras abrir las ventanas del aviario, las enormes guacamayas rojas salieron poco a poco, tímidas; exploraron el entorno y se guiaron por las aves liberadas anteriormente, que permanecen en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, en Veracruz, porque es su hogar.

El equipo, que labora bajo la dirección del Instituto de Biología de la UNAM, y que es coordinado por Patricia Escalante, soltó 13 guacamayas, y otras 13 fueron trasladadas a la Reserva Ejidal Benito Juárez para hacer una liberación suave y reforzar ese sitio, que se abrió el año pasado.

En la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas ya se habían llevado a cabo proyectos de conservación de animales como los cocodrilos de pantano o los monos aulladores, pero el de las guacamayas rojas es importante porque desde hace más de 40 años habían desaparecido de la región, y se logró traerlas de vuelta, resaltó Patricia Escalante, del Instituto de Biología de la UNAM.

Cuando se cumplan cuatro años de haber iniciado esta tarea se habrán liberado aproximadamente 130 aves, “así que se puede decir que es la cuarta parte de una meta ambiciosa de conseguir una población de 500 para que tengan mejores posibilidades de mantenerse a largo plazo. Además, este plan pretende demostrar que todos pueden poner algo de su parte para revertir la situación de deterioro de los ecosistemas y recuperar, en particular, a esta especie hermosa e inteligente”.

Al compartir esta experiencia se contribuye a valorarlas y los lugareños se benefician de su presencia, pues la derrama económica del ecoturismo alcanza a muchos gremios. Con este ejemplo se espera inspirar a la gente para que consideren cuidar y recuperar la selva.

Para ello, es preciso mejorar su hábitat y el de muchos animales que sufren por falta de áreas adecuadas, expuso la experta. “Si a través de las guacamayas se recupera poco a poco su entorno, otras especies que aún no han desaparecido de Los Tuxtlas, pero que están amenazadas localmente, pueden recuperarse, pues necesitan al menos 50 por ciento de cobertura vegetal para subsistir”, concluyó.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO