Especies

Conoce al ocelote, un felino sobreviviente

Su promedio de vida alcanza los diez años en el entorno silvestre

ocelote-sobrevivienteCiudad de México.— Por su tamaño, el ocelote se ubica en un término medio entre las especies grandes como el jaguar y el puma, y las especies chicas como el margay y el yaguarundí. Llega a pesar de 11 a 16 kilos y a medir entre 40 y 50 centímetros. Su promedio de vida alcanza los 10 años en el entorno silvestre.

En algunas regiones del país se le conoce también como tigrillo, mientras que en Sudamérica se le denomina pichigueta, mojocuan o manigordo, es decir, el de las manos gordas, debido a que sus patas delanteras son más grandes que las traseras. El pelaje del ocelote se distingue por tener manchas en forma de anillos, de esta particular característica se deriva su nombre en latín cellatus, que significa el que está marcado con manchas en forma de ojos o aquel que tiene ojos pequeños.

Su distribución actual abarca casi todo el continente americano, desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. En México se ubica en las planicies costeras del Pacífico y del Golfo de México hasta la península de Yucatán, pero se encuentra ausente en la península de Baja California y en el centro del país.

Se pueden encontrar ocelotes en ecosistemas de bosque espinoso y matorral xerófilo, así como en el bosque mesófilo de montaña y selvas húmedas.

Conservación

Algunos de los factores que influyen en su estatus de “en peligro de extinción” son principalmente la deforestación y la expansión de las zonas ganadera y agrícola. A pesar de que no se cuenta con los datos específicos de la pérdida de su área original, actualmente en Estados Unidos solo permanece el 2 por ciento de su hábitat.

Debido a que las regiones que habitan se encuentran rodeadas de poblados y carreteras, que no están conectadas entre ellas, las manadas de ocelotes llegan a quedar aisladas y se convierten en susceptibles de desaparecer con el paso del tiempo. Esa reducción del hábitat coloca en riesgo a las comunidades de felinos que requieren extensiones grandes para vivir; el ocelote, por ejemplo, requiere de 17 a 46 kilómetros cuadrados para cada individuo.

En las zonas donde el tráfico vehicular es intenso, la principal causa de mortandad es el atropello de los ocelotes, al causar casi 45 por ciento de sus decesos, cifra 10 por ciento más elevada que las muertes naturales que están representadas por un 35 por ciento.

La venta de piel de este felino también contribuye a la disminución de la especie. Entre las décadas de 1950 y 1970, las pieles de felinos marcados tuvieron alta demanda por parte de la industria peletera internacional. Durante esas décadas la cacería de esta especie alcanzó el número más alto registrado: dos millones de ocelotes; de esas pieles, México exportó de manera ilegal 15 mil. El comercio de estos felinos llega a ser altamente lucrativo, un abrigo forrado de la epidermis del ocelote puede llegar a costar hasta 40 mil dólares.

A partir de que sus poblaciones comenzaron a disminuir, su tráfico fue regulado y en 1989 ingresó en la lista de las especies protegidas por el comercio internacional. Actualmente su compra y venta está prohibida por su estatus de “en peligro de extinción”. Su captura solo se permite con fines no comerciales, como la investigación científica.

En México no se sabe con exactitud su grado de extracción, debido al tráfico ilegal y porque sus capturas incluyen: distribución como mascotas, consumo de carne y su llamativa estética que les adjunta valor ornamental, principalmente por su piel y sus colmillos.

Fuente: Teorema Ambiental, imagen

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