Actualmente dos subespecies de ajolotes, el Ambystoma mexicanum y Ambystoma bombypellum, se encuentran en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
Ciudad de México.— Ajolote significa “monstruo del agua” en la lengua náhuatl, perteneciente a la familia Ambystomatidae que se ha visto amenazada por el detrimento de los ecosistemas lacustres.
El ajolote es originario del norte del continente americano, se tienen registradas 31 especies distribuidas en Alaska, Canadá y Estados Unidos. Sin embargo, la gran biodiversidad que abraza las fronteras de México permite la existencia de 17 de estos anfibios. Actualmente dos subespecies de ajolotes, el Ambystoma mexicanum y Ambystoma bombypellum, se encuentran en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en la categoría de Críticamente Amenazada.
Dentro de las normas federales, el Ambystoma mexicanum, endémico de la región lacustre que solía predominar en el antiguo Valle del Anáhuac dentro de los lagos de Texcoco- Xochimilco, se encuentra registrado en la NOM-59 desde 1994 como una especie de protección especial; sin embargo, en 2010 se decretó como especie en peligro de extinción.
A principios de 2014 se difundió la noticia de la extinción total de los ajolotes en los pocos remanentes acuíferos de la megalópolis mexicana, a pesar de ser una de las 51 especies del programa de Conservación de Especies Prioritarias de México.
Dentro de los esfuerzos por rescatarlo, en 2006 se publicó el programa de manejo del área natural protegida con carácter de zona de conservación ecológica Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco con el objetivo de hacer obligatoria la conservación y manejo del ajolote mexicano.
El rescate del patrimonio identitario sobre todo en la delegación Xochimilco, ha llevado a la sociedad civil a realizar acciones junto con académicos y autoridades para preservar a tan magnífico representante del antiguo ecosistema que solía predominar en la región central del país antes de que las actividades urbanas terminaran por desplazar las múltiples manifestaciones de vida propias de la región.
Por su parte, en abril de 2015 la iniciativa para su reproducción con fines de reintroducción en el Parque Ecológico de Xochimilco liberó a 500 ejemplares de ajolotes para su conservación en estado silvestre. Cabe destacar que 225 de ellos cuentan con un microchip que monitorea su localización y comportamiento.
Fuente: Teorema Ambiental
