Biodiversidad

Época de lluvias: Prevenir y responder ante las emergencias

Entre los años 2000 y 2015 las catástrofes naturales (lluvias, huracanes y sismos) ocasionaron en México pérdidas por más de 248 mil millones de pesos

Teorema Ambiental/Redacción

Durante la época de lluvias, las precipitaciones constantes pueden provocar desastres en diferentes zonas del país, causando deslaves, desbordes de ríos o lagos, e inundaciones.

Entre los años 2000 y 2015 las catástrofes naturales (lluvias, huracanes y sismos) ocasionaron en México pérdidas por más de 248 mil millones de pesos. Además, dejaron un saldo de casi 28 millones de personas damnificadas y más de siete mil perdieron la vida, de acuerdo con datos del estudio El Impacto Socioeconómico de desastres 2000 a 2015 realizado por la Subdirección de Estudios Económicos y Sociales de la Dirección de Análisis y Gestión de Riesgo de la Secretaría de Gobernación (Segob).

“Nadie puede predecir un desastre natural ni sus alcances, se pueden presentar en cualquier momento. El año pasado las fuertes lluvias rompieron récord en mayo y junio, luego vino el sismo en septiembre y nadie estaba preparado para ninguno de esos acontecimientos. En este tipo de situaciones, nuestra primera reacción es utilizar el celular para contactarnos con la familia, amigos, trabajo, etc., pero la señal se ve afectada, esto representa un enorme problema pues es nuestro principal medio de comunicación”, comentó Javier Sánchez Serra, director de Tecnología de MER Group.

Si bien es prácticamente imposible predecir los efectos de la naturaleza, estar preparados para reaccionar ante una situación crítica, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Los gobiernos tienen la responsabilidad de proteger a los ciudadanos, con ayuda de la tecnología, pueden apoyar a las comunidades en su recuperación después de un desastre natural. La preparación ante emergencias debe estar respaldada por sistemas tecnológicos y programas de prevención, orientación, formación y ejercicio.

“Nosotros colaboramos con gobiernos de todo el mundo para asesorarlos e implementar recursos que ayudan a las autoridades a responder de forma efectiva, antes, durante y después de cualquier eventualidad. Por ejemplo, las lluvias en México son inevitables, pero aun así, cada año, hay secuelas importantes. Entonces es cuando nos preparamos desde antes con las autoridades para detectar zonas de riesgo y efectos potenciales para alertar a la población”, comentó Sánchez Serra.

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Hoy en día se cuenta con la tecnología que nos puede proporcionar la información necesaria en la preparación, gestión y recuperación de desastres. Una respuesta inmediata es el resultado de una organización óptima; el resultado, se reduce el impacto humano y económico de cualquier catástrofe. Se deben abordar tres aspectos principales, complementarios, no jerárquicos, para una planificación exitosa:

Personas: Asegurar que la población esté bien preparada e informada. Que los socorristas y fuerzas de rescate se encuentren disponibles, equipados y posean los conocimientos necesarios.
Procesos: Definir las acciones en el orden adecuado para ejecutarlas correctamente en cada situación.
Tecnología: Contar con la infraestructura tecnológica necesaria en todos los aspectos del programa para mejorar las capacidades de la población y las diversas unidades comprendidas en la preparación ante una situación de emergencia.

Durante esta época de lluvias, el gobierno de México exhorta a la población a mantenerse prevenida y recomienda:

• Mantenerse alerta a los comunicados de las autoridades y las medidas establecidas por Protección Civil
• Intentar permanecer en un lugar seguro
• Evitar arrojar basura a la calle
• No intentar cruzar corrientes de agua
• Evitar tocar postes, cajas de luz o cables
• Evitar transitar por calles inundadas, circular despacio con luces intermitentes y cinturón de seguridad
• Ubicar los refugios temporales y albergues
• En caso de emergencia, las fuerzas de policía, bomberos, unidades médicas y otros deben trabajar juntos para contener los daños, ayudar a los heridos y orientar a las personas en cuestiones de seguridad.

La tecnología es indispensable en la gestión de crisis. “Es importante destacar el peso de la comunicación para una respuesta efectiva en acciones de rescate, así como la toma de decisiones en el manejo de un desastre natural y evitar, en la medida de lo posible, repercusiones que afecten la tranquilidad de la población”, concluyó Sánchez Serra.

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