Recomiendan especialistas dar prioridad a problemáticas como la erosión del suelo, agotamiento de pesquerías, destrucción de bosque y extinción de especies endémicas dentro de las políticas de desarrollo en México
Las políticas de desarrollo que sigan relegando el manejo de la biodiversidad a una baja prioridad, ignorarán aspectos básicos de la seguridad nacional y del futuro de México, sostiene el avance del Segundo Estudio de País, que evalúa el estado de la diversidad biológica en los ecosistemas marinos y terrestres.
El adelanto del estudio, que es elaborado por 400 especialistas y coordinado por José Sarukhán, ex rector de la UNAM, sostiene que los retos que impone la gran diversidad biológica y cultural en la vida nacional “se ignoran o desprecian en buena medida, lo cual ha propiciado la pérdida o el deterioro de nuestro capital natural y la seria marginación de sectores importantes de nuestra sociedad, que son los dueños de ese capital natural, al tiempo que son también los más marginados desde el punto de vista socioeconómico”.
En este deterioro, abunda el documento, se incluye la erosión de suelo y pérdida de su fertilidad, agotamiento de pesquerías, destrucción de bosques y extinción de especies únicas en el mundo. Estos aspectos deben ser considerados como prioritarios, ya que permean todos los aspectos de la economía, la sociedad y la seguridad nacional.
Agrega que la conservación de la diversidad biológica, además de un imperativo moral, es un llamado “a la supervivencia de nuestra economía natural y de nuestro patrimonio biológico”. En México ha habido una visión de confrontación entre el desarrollo y los esfuerzos para conservar y manejar de manera sustentable los ecosistemas, pero esto ya no debe ser así, señala.
El texto refiere que “aunque la transformación de los ecosistemas ha generado importantes beneficios económicos y sociales (que con frecuencia no han sido equitativos), ha provocado la pérdida de biodiversidad y de otros servicios ecosistémicos, cuyos costos no han sido valorados hasta ahora”.
Refiere que el costo de la reparación de algunos de esos daños ambientales, como la restauración de manglares y humedales, o la reversión del riesgo de extinción de las 2,583 especies identificadas en la norma 059 es muy alto, y ese daño es irreversible.
En términos económicos, se ha calculado que en México los costos monetarios del deterioro ambiental representan un promedio anual, en el periodo 1996-2003, de alrededor de 10.36 por ciento del PIB, pero esta cifra no tiene repercusión alguna en las decisiones sobre políticas de desarrollo del país.
Fuente: La Jornada
