Biodiversidad

El turismo y las selvas

El turismo es una de las industrias que contribuyen de cierta manera al incremento en las emisiones a la atmósfera, a la contaminación del agua, del suelo y al deterioro de la sociedad; también afecta el equilibrio ecológico y deteriora el ambiente natural, sin importar dónde se realice.

Así, como actividad, adquiere una importancia significativa con relación a otras, sobre todo cuando están ligadas íntimamente a la preservación ecológica o al cuidado del medio ambiente, como sucede con el ecoturismo, el turismo ecológico y en particular el senderismo, que pueden ser considerados como opciones para el desarrollo de las comunidades o de los pueblos indígenas. Estas actividades, también pueden generar problemas en pueblos y comunidades, por la generación de desechos y el tráfico de especies y la prostitución, entre los más significativos.

Asimismo, pueden generar problemas en el sector turismo, cuando no se relacionan las actividades con los planes y programas estratégicos de desarrollo, por los riesgos que corren quienes los practican y por la falta de entrenamiento y capacitación de algunos de los prestadores de servicios, quienes en muchas ocasiones son subcontratados por los mayoristas que promueven el servicio en los mercados turísticos internacionales.

A pesar de la inseguridad internacional, el turismo ocupa el tercer lugar de participación en el ingreso bruto mundial, con 10 por ciento del total global. En la última década, las preferencias de los turistas han cambiado, inclinándose por los destinos turísticos amigables con el ambiente natural y la ecología, y adquiere mayor importancia la belleza del paisaje y del ambiente natural, en comparación con el paisaje del ambiente sociocultural de las ciudades.

Cualesquiera de los ecosistemas naturales tienen una belleza indiscutible que sólo el viajero es quien puede valorar y elegir, según su preferencia y gusto personal, el que más le convenga. De entre estos paisajes, sobresalen por su abundancia los bosques tropicales, que son los que presentan la vegetación más exuberante. Entre éstos destacan por su importancia el perennifolio (selva siempre verde), el subcaducifolio, el caducifolio y el espinoso.

En el continente americano, la República Mexicana establece la frontera boreal (más al norte) de este tipo de selva siempre verde. Hasta hace un siglo, la selva siempre verde cubría aproximadamente 11 por ciento de la superficie del territorio mexicano. Esta selva se encontraba desde el sureste de San Luis Potosí, se extendía por todo el estado de Veracruz, partiendo desde el norte, y algunas regiones de Hidalgo, Puebla y Oaxaca, hasta el norte y noroeste de Chiapas y buena parte de Tabasco, así como la mayor parte de Campeche y Quintana Roo, además de una larga y angosta franja de la vertiente occidental de Chiapas.

Las zonas donde hoy aún podemos encontrar selva alta siempre verde bien preservada corresponde a algunas partes de la península de Yucatán, a la selva Lacandona en el noroeste de Chiapas y a la selva del Ocote en la región donde se unen los estados de Chiapas, Veracruz y Oaxaca. Estos fuertes remanentes tienden a desaparecer rápidamente debido a las presiones demográficas, económicas y políticas.

El resto, 180 mil kilómetros cuadrados de antigua selva, está ocupado por zonas agrícolas, pastizales propiciados por el hombre y diferentes comunidades vegetales secundarias.

Dado que la reducción de las selvas puede transformarse en una seria amenaza para la reconversión del dióxido de carbono en oxígeno, esto puede afectar de manera directa en el cambio climático global, y se convierte en una de las principales razones por las que se selecciona el bosque húmedo tropical, para plantear su conservación y preservación. Una de las selvas mejor conservadas en nuestro país es la Lacandona, además de estar cerca de uno de los polos de desarrollo turístico más importantes de la Republica Mexicana y del Caribe.

Por otra parte, el turismo ocupa el tercer lugar de participación en el ingreso bruto mundial con 10 por ciento del total, pero en muchas ocasiones, los habitantes de las comunidades donde se desarrollan actividades turísticas no tienen acceso a las instalaciones en donde se presta el servicio, por lo que es importante plantear desde un principio la necesidad de la participación de las comunidades tanto en el desarrollo y construcción del mismo, como en la planeación, manejo y operación de éstos, con el fin de evitar la discriminación.

la reducción de la cobertura vegetal, el empobrecimiento de los suelos, aumento de población, pobreza y marginación, así como las agresiones a la biodiversidad y la reducción de ésta, además de las opciones para incrementar los recursos naturales y usarlos en lo futuro.

Estos pendientes por resolver, convierten a las selvas en uno de los escenarios más adecuados para el diseño de proyectos de desarrollo que permitan la explotación y el manejo de los recursos naturales bióticos y abióticos en beneficio de todos aquellos actores involucrados en turismo alternativo: rural, ecoturismo, ecológico y ambiental, los cuales deben estar ligados al rescate de la cobertura vegetal, al cuidado de especies en amenaza de extinción, tanto en comunidades, ejidos, unidades de producción rural, unidades de producción maderable, latifundios, fincas, ranchos o pequeñas propiedades.

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