Biodiversidad

El Colorado y el Bravo, ríos mexicanos en la lista

Más de la mitad de los grandes ríos del planeta están siendo gravemente deteriorados o contaminados, según el informe sobre la Evaluación Global de la Biodiversidad presentado en la cumbre de Curitiba (Brasil). Dos de estos ríos son el Colorado, que nace en la Montañas Rocallosas de Estados Unidos y desemboca en el golfo de California, en México; y el Bravo, que divide a ambos países y desemboca en el Golfo de México.

La creación de presas y embalses para almacenar agua y producir electricidad ha desfigurado los cursos fluviales y fragmentado sus ecosistemas y su biodiversidad, algo especialmente grave para las especies migratorias. La destrucción de ecosistemas por inundación, la acumulación de sedimentos y nutrientes en los embalses, la contaminación y la modificación de las comunidades acuáticas son algunos de los impactos más graves observados en los 292 grandes ríos analizados (el 60 por ciento del total mundial).

Las conclusiones: aproximadamente la mitad de los sistemas fluviales analizados están afectados por embalses y más de un tercio (que suponen en la práctica el 50 por ciento de la superfície de las cuencas de ríos) están enormemente modificados por la fragmentación o la regulación del caudal. Sólo un 12 por ciento de las áreas no están afectadas.

Como ejemplo, el informe destaca que el delta del río Colorado (donde inicia el Alto Golfo de California) ha dejado de ser la gran zona de humedales y marismas de antaño, cuando había un afluente constante a su desembocadura. Hoy se ha convertido en un lugar inhóspito donde se acumulan capas de sal mientras la población que vivía de la pesca tiene varadas sus barcas.

Ni una gota, se explica, de aquel poderoso río que un día esculpió el Gran Cañón, fluye desde el delta al mar. Aguas arriba, el caudal es usado en las sedientas ciudades de Arizona, como Tucson, o Los Ángeles y San Diego, en California. En estas zonas desérticas abundan las fuentes, los jardines y campos de golf, que demandan gran cantidad de agua.

Una historia similar ocurre con el Río Bravo. No sólo no alcanza el mar, sino que desaparece en muchos tramos. Los atlas aún dicen que es uno de los más largos del mundo, pero en realidad termina a más de 1,200 kilómetros tierra adentro, en El Paso, Texas. En los siguientes 300 kilómetros el río recibe descargas de aguas no tratadas, tanto de uso doméstico como industrial y frecuentemente se seca en verano. Recupera vida hasta cruzarse con el río Conchos.

En el mundo se han construido una media de dos grandes embalses cada día en los últimos 50 años. Ahora, hay 45 mil. Los 20 ríos más largos del planeta están interrumpidos por presas. Esta fragmentación es una de las grandes causas de la desaparición de especies.

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