Biodiversidad

Ecoturismo y conservación de bosques

El creciente auge del turismo de la naturaleza y el ecoturismo está poniendo a prueba los modelos de conservación y manejo del bosque, y la práctica de las actividades de turismo en los espacios naturales. La industria del turismo es la mayor empleadora del mundo y genera directa o indirectamente más de 200 millones de puestos de trabajo, es decir, el 8.1 por ciento del empleo mundial.

El “turismo de naturaleza”, del cual el ecoturismo es un sector, representa una parte considerable de esta gran industria. Aunque no existe ninguna definición aceptada de “turismo naturaleza”, generalmente se considera que abarca las actividades que se relacionan con atractivos naturales o que dependen de ellos, tales como deportes al aire libre, caza, pesca y senderismo. La Sociedad Internacional de Ecoturismo define el ecoturismo como “una manera responsable de viajar a zonas naturales, que conserva el medio ambiente y contribuye a sostener el bienestar de los lugareños”.

Gran parte del turismo naturaleza y del ecoturismo se centra en los bosques: desde el avistamiento de aves hasta los paseos por las copas de los árboles, las caminatas por los bosques o la contemplación de la fauna y flora silvestres. Por ello, el crecimiento del sector implica que ejercerá una influencia cada vez mayor sobre la forma en que se utilizan los bosques en todo el mundo.

Si se gestiona adecuadamente, el ecoturismo puede generar ingresos y empleo para las comunidades rurales que adolecen de pocas oportunidades de conseguir medios de subsistencia alternativos. Los ecoturistas buscan la naturaleza en su estado primitivo, lo que frecuentemente ocurre sólo en lugares remotos.

Sin embargo, frecuentemente el turismo de masas puede causar efectos devastadores en espacios naturales. Si no se adoptan las medidas pertinentes, dichas actividades pueden destruir el medio ambiente, trastornar las estructuras sociales y dejar pocos beneficios económicos para la población local.

Consideraciones ambientales

Hay que tener cuidado en asegurar que las mismas características que proporcionan la base para atraer a los turistas no resulten perjudicadas o destruidas al tratar de satisfacer las necesidades físicas y comodidades de los visitantes. Los trastornos de la ecología local –por ejemplo, basuras y desperdicios, talas de árboles para obtener leña, alojamientos, carreteras de acceso y servicios de comunicación– son evidentes en muchos lugares, incluso en los principales parques y áreas protegidas.

El uso excesivo de lugares populares de ecoturismo provoca frecuentemente la erosión de los caminos y orillas de los ríos, la contaminación del agua, la destrucción de la vegetación y la pérdida de especies. Se suelen atribuir los problemas a la falta

de planificación, a que no se han elaborado o aplicado planes de ordenación, a la insuficiencia del seguimiento y los mecanismos de control, a la escasa participación de los residentes que viven en los lugares o cerca de ellos y a las divergencias entre las prioridades de los organismos gubernamentales, la industria del turismo y las poblaciones locales.

Como parte de una buena planificación de la ordenación, deberían evaluarse todos los efectos potenciales del turismo en el ecosistema, y no sólo los que probablemente afectan a las especies que atraen a los visitantes al lugar.

En los últimos años se han realizado progresos importantes en la planificación, construcción y gestión respetuosas con el medio ambiente de alojamientos para turistas. Tales servicios hacen hincapié en la utilización de materiales de construcción locales, la evacuación cuidadosa de residuos y basuras, la conservación del agua y el uso de la energía solar.

También los guías desempeñan una función decisiva en la protección del medio ambiente asegurando que los turistas no atraviesen zonas delicadas, recojan plantas amenazadas o en peligro o perturben la vida silvestre. Por consiguiente, para que el ecoturismo sea provechoso es necesario contratar y formar guías que dirijan y determinen el comportamiento de los turistas.

Consideraciones económicas

La medida en que el ecoturismo puede contribuir a la conservación de los bosques y al desarrollo de zonas rurales depende mucho de los ingresos que se obtengan para la gestión de los parques y otras tierras forestales y para desincentivar prácticas destructivas.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, el dinero producido por el ecoturismo va a otros países, por lo que existen pocos incentivos para proteger el recurso. Este tipo de fugas se produce en forma de pagos a agencias de viajes, billetes de avión, hoteles de propiedad extranjera y suministros y alimentos no locales.

El Banco Mundial calcula que sólo el 45 por ciento de los ingresos del turismo quedan en el país huésped en todo el mundo.

Los gobiernos están exigiendo cada vez más que los parques y áreas protegidas generen ingresos suficientes para sufragar el costo de su ordenación a través de medios como precios de entrada y derechos de usuario y licencias de concesión.

Tailandia, por ejemplo, amplió su infraestructura, mejoró los servicios e intensificó los esfuerzos de comercialización, pero también elevó los derechos de entrada. Sin embargo, estos métodos no están exentos de controversias.

Desafíos

En el ecoturismo hay mucha competencia, lo que exige conocimientos eficaces de gestión y comercialización, que no existen frecuentemente en las comunidades rurales. Aunque se puede prestar apoyo a corto plazo mediante proyectos de donantes u ONG, es necesario desarrollar la capacidad local para que la industria beneficie a los lugareños quienes son verdaderamente los protectores de los bosques y selvas.

Los residentes y las comunidades afectadas deben participar también en los esfuerzos para desarrollar el ecoturismo, comprender las repercusiones de ese desarrollo, beneficiarse de las actividades y negociar con los promotores en igualdad de oportunidades. Algunas opciones para los residentes de las comunidades son la venta de productos locales de artesanía, la utilización de alojamientos locales y programas de capacitación que permiten a los residentes ocupar puestos de guías turísticos, gestores de alojamientos y empleados en parques.

Para conservar los recursos naturales en que se basa el ecoturismo, se recomienda en muchos casos el turismo en pequeña escala, lo que generalmente aporta beneficios en pequeña escala y puestos de trabajo estacionales y mal pagados. Así, uno de los principales desafíos es determinar la escala del ecoturismo que proporcionará beneficios a las comunidades locales sin poner en peligro los bosques y otros recursos naturales.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO