Ecosistemas

Los hombres de madera de Noh Bec

Dentro de un paraje de ensueño y clima extremo los hombres de madera viven y trabajan con respeto a la selva

Por Alejandro Barragán

El sol castiga a los trabajadores mientras decenas de gigantescos troncos sobre los que caminan avanzan por el río; el sonido de un silbido indica cuándo deben sujetar un tronco, alejarse, dejar que una máquina lo levante y lo suba a un camión, y repetir el proceso una y otra vez con una destreza que hace pensar a quien los observa que son inmunes al cansancio. Son los trabajadores del aserradero del ejido Noh Bec en Quintana Roo.

Noh Bec es un pequeño ejido fundado por madereros y chicleros en los años treinta del siglo pasado, quienes de manera generacional han dedicado sus esfuerzos a explotar la selva y su madera de manera sustentable.

Los pobladores viven y trabajan en su mayoría del aprovechamiento de la madera. De manera que como agradecimiento a la naturaleza, la cual les ha brindado tantas bondades para el ejercicio de su oficio, han dedicado su vida a la conservación de los árboles mediante la reforestación y la implementación de un invernadero en el cual florecen los primeros brotes de cedro y caoba los cuales proveerán de belleza al ejido y sustento a los trabajadores. Los hombres de madera de Noh Bec tienen la consigna de plantar 20 árboles por cada uno derribado para el aprovechamiento maderero.

Asimismo, existe una planeación y creación de mapas específicos del ejido con el objetivo de explotar los recursos de manera sistemática a fin de dejar que la tierra sea capaz de restablecerse a sí misma y permitir que los árboles que en ella serán plantados puedan crecer saludables; esta metodología está debidamente registrada para que los trabajadores de generaciones futuras sepan exactamente qué árboles pueden ser talados y cuándo será el momento apropiado para aprovechar otra hectárea del ejido.

Los hombres de madera de Noh Bec son singulares, no carecen de fuerza para aserrar y cargar madera durante horas en condiciones tropicales y clima asfixiante, cualquiera pensaría que son hombres rudos, curtidos externa e internamente por el trabajo y el clima, y lo son, sin embargo no carecen de sensibilidad para cuidar con amor el invernadero, conocer y comprender los ciclos de la luna y su influencia en los árboles, así como para maravillarse ante el canto de un mono endémico o con la magnífica presencia del jaguar.

Dentro del aserradero las labores corresponden a la transformación de los troncos en tablas y tablones, las cuales deben ser perfectas para su venta. Aquellas que presenten imperfecciones, por mínimas que sean, deben ser separadas como pedacería. Algunas de estas tablas sirven como barda para las casas del ejido Noh Bec.

El ejido Noh Bec se encuentra dentro del municipio de Felipe Carrillo Puerto, es una comunidad habitada por menos de dos mil personas donde el bienestar comunal y el amor por la naturaleza son los valores predominantes, son hombres y mujeres que viven por y para la selva a quienes los gigantes de madera los han colmado de belleza, trabajo y maravillas naturales como una flora y fauna que pareciera haber salido de la imaginación fantástica de un experto cuentacuentos.

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