Científica advierte que contaminación más allá de la salud humana, podría también tener impactos económicos
Para la investigadora del Laboratorio de Biología Marina en Estados Unidos, Linda Amaral, prácticamente la capa de vida que hay encima del plástico es un nuevo ecosistema: la plastisfera, aseveración que nace luego de recorrer mares y océanos para recolectar muestras de plástico.
Según la entrevista al diario español El País, algunos cálculos señalan que hay hasta 245 mil toneladas de plástico en el mar y cada año llegan otros ocho millones de toneladas. Los efectos más visibles de este basurero flotante son los animales atrapados o intoxicados por los trozos más grandes.
Por lo tanto, para la bióloga, es solo la punta del iceberg, pues la mayoría de los fragmentos que hay en el mar tienen el tamaño de un trozo de confeti o menos. Estos materiales están cambiando la esencia de los océanos.
Sobre su término de plastisfera, Amaral explica que se refiere a la capa de vida que hay encima del plástico, no solo en el océano, sino en cualquier lugar donde hay este material, agua y microbios. En cuanto un trozo de plástico llega al agua, las bacterias lo colonizan: “Hemos estado estudiando este nuevo ecosistema en muchas partes del mundo, incluyendo en los giros oceánicos donde se concentran estos residuos.”
Sin embargo, este nuevo hábitat tiene serios impactos en la vida marina, “el más visceral es el de los mamíferos atrapados en redes de plástico. Estos animales se comen grandes trozos de plástico, se atragantan y sufren malnutrición porque sienten que su estómago está lleno”, explicó.
Por ello, sin dudarlo, la experta asevera que el plástico está cambiando la naturaleza fundamental del océano. “En el centro del océano hay muy pocos nutrientes. Cuando los residuos llegan a estas zonas se convierten en una fuente de alimento porque atraen metales y otros compuestos de los que se nutren los microorganismos. Esta especie de oasis de plástico en mitad del mar está cambiando el ecosistema original.”
