Biodiversidad

Busca Japón matar a mil 200 ballenas

Acusan a Japón de comprar votos de países isleños del Caribe y el Pacifico, con el objetivo de restablecer la caza comercial de ballenas. Desde que entró en vigor la moratoria de 1986 que no permite la cacería de ballenas, Japón y Noruega han cazado más de 25 mil ballenas

El intento japonés de disfrazar su cacería comercial de más de 1,200 ballenas para fines científicos “es un insulto para la ciencia moderna y además es ilegal”, aseguró Beatriz Bugeda, directora del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) para América Latina.

Representantes de 66 países se reunirán del 16 al 20 de junio en la nación caribeña de St. Kitts y Nevis, con motivo de la 58 reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), en la cual se espera que Japón busque revertir las iniciativas anticacería de ballenas.

Sumado a ello, diversos grupos conservacionistas acusan Japón de comprar votos de pequeños países isleños del Caribe y el Pacífico como Palau, Islas Salomón, Tuvalu, Islas Marshall, Kiribati, Grenada, Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía, St. Kitts y Nevis.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Conservación revela por medio de una encuesta realizada en el marco de la 58 reunión de la CBI que ciudadanos, de 10 de los países antes mencionados, están en contra de la captura y matanza de los cetáceos.

“La evidencia es abrumadora, los gobiernos ignoran la opinión pública y pretenden votar pro-caza de ballenas en representación de sus ciudadanos”, señaló Sue Liberman, directora del Programa Global de especies de WWF.

Por otra parte, la moratoria que entró en vigor desde 1986 no permite la cacería comercial de ballenas, sin embargo Japón, Noruega e Islandia continúan cazándolas bajo el amparo de una resolución de la CBI que permite matarlas con fines científicos. De esa fecha a la actualidad más de 25 mil ballenas han sido cazadas principalmente por Japón y Noruega.

En marzo de 2002 Japón anunció un incremento en la matanza con respaldo en su llamado programa de investigación. Lo que representa un desafío a la comunidad internacional y a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) que prohíbe el comercio internacional de las grandes cetáceos.

Algunas de estas especies se reproducen en el santuario ballenero mexicano

Los mares mexicanos fueron decretados desde 2002 como santuarios balleneros, reciben en sus aguas a una gran cantidad de cetáceos que llegan para reproducirse, cuidar a sus crías o como ruta migratoria.

Entre estas especies se encuentra la amenazada ballena de aleta, de la cual Japón pretende arponear a 10 ejemplares en los próximos meses e incrementar su cuota a 40 ballenas más. También están la ballena jorobada, el cachalote y la gran ballena azul, señaló, en entrevista vía Internet para Teorema Ambiental, Beatriz Bugeda.

El golfo de California es una zona de suma importancia, ya que se calcula que en este lugar se reproducen o cuidan a sus crías 35 de las 83 especies de cetáceos, es decir, el 42 por ciento de las diferentes especies de ballenas que existen en el mundo utilizan esas aguas, agregó Bugeda.

Matanza en nombre de la ciencia

La carne se comercializa en algunos mercados de Japón, Corea del Sur, Noruega e Islandia. Esto a pesar de que el Instituto de Investigaciones sobre Cetáceos de Japón negó que toneladas de carne de ballenas cazadas en 2000 se vendieron durante el año siguiente.

A esto se le suma que encuestas independientes mostraron que el 61 por ciento de la población japonesa no ha consumido carne de ballena desde su infancia.

Las ganancias son mínimas en comparación con las ganancias que podrían obtener con la observación de ballenas, actividad de más de un billón de dólares anuales, dijo Beatriz Bugeda.

“Las ballenas están en serio peligro. Estamos exhortando a los miembros de la CBI a utilizar sus votos a favor de las ballenas y no en su contra. De lo contrario, existe la probabilidad de que la CBI sea controlada por Japón, al permitirle eliminar las medidas cruciales de protección. Simplemente no existe una manera humanitaria de matar una ballena y esta practica cruel e innecesaria tiene que terminar.”

Fuente: Teorema, IFAW

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