El animal, nacido en Kenia, fue denominado como “zonkey”, tiene pelaje color gris-rojizo y las patas rayadas
Teorema Ambiental/Redacción
Nairobi, Kenia, 21 de abril de 2020.— En la reserva nacional de Chyulu Hills, al sureste de Kenia, ocurrió un curioso nacimiento, pues se trata de un ejemplar criollo, producto de la cruza de una cebra con un burro y manifiesta algunas de las características físicas de sus padres, pues su pelaje es color grisáceo-rojizo y las patas rayadas.
El animal fue denominado como “zonkey” (mezcla de las palabras inglesas zebra [cebra] y donkey [burro]), informó la organización Sheldrick Wildlife Trust (SWT), que estudia el caso.
La madre es una cebra, e ingresó a un terreno privado el año pasado. Allí conoció el amor, pues convivió con diferentes animales domésticos y de pastoreo. Fue cuando la descubrieron diferentes medios de comunicación, así como el Servicio de Conservación de la Fauna de Kenia (KWS) y la SWT que la regresaron al parque nacional de Chyulu.
Los equipos siguieron monitoreando su adaptación al medio, cuando se dieron cuenta de que estaba preñada y que al nacer, el potro era atípico.
“Mientras los potros de cebra nacen con rayas blancas y marrones que acaban volviéndose negras, este pequeño tenía sospechosamente pocas rayas y un color abrumadoramente rojo”, explicó la SWT al ampliar la información sobre el nacimiento.
Al principio, los expertos pensaron que el color se debía a que la cría se había revolcado en el barro, pero posteriormente se describió al “zonkey”, cuyo padre, el burro, debió enamorar a la hembra de cebra durante su breve tiempo de contacto.
El potro y la cebra se reportan con buen estado de salud y se espera que vivan una vida normal, aunque el potro tiene un rasgo genético similar al de las mulas, es decir, nació estéril, de manera natural.
No es la primera vez que los medios locales se hacen eco del nacimiento o avistamiento de especies atípicas en Kenia, ya que, cada cierto tiempo, las redes se llenan de comentarios de sorpresa con fotos de una cebra dorada, otra sin rayas o jirafas blancas.
De hecho, cazadores furtivos mataron el mes pasado a la única jirafa blanca de Kenia y a su cría, cuya singularidad causó sensación en el ámbito mundial cuando fueron vistas por primera vez en 2017.
