Biodiversidad

Aves y mariposas en la megalópolis

Puede una megalópolis de cerca de 20 millones de habitantes ser un refugio de la vida silvestre?, la respuesta es sí. A pesar del deterioro ambiental en el área metropolitana de la ciudad de México que implica contaminación atmosférica del suelo y agua, así como un acelerado cambio de uso de suelo para fines urbanos, la vida silvestre aún sobrevive.

Esto quedó demostrado en el proyecto Monitoreo Ambiental Participativo de Aves y Mariposas, coordinado por la Red de Museos, Centros y Organizaciones de educación Ambiental de la Zona Metropolitana del Valle de México (Remuceac), en el que participaron diversas instituciones y ciudadanos dedicados al monitoreo y estudio de aves y mariposas que habitan en la capital.

En un primer informe, la Remuceac reportó 38 especies de mariposas y 140 de aves que habitan en la megalópolis. Estas especies fueron localizadas en santuarios urbanos como el Jardín Botánico de la UNAM, el bosque de Chapultepec, el parque ecológico Ecoguardas, el bosque de San Juan Aragón, y el parque ejidal San Nicolás Totolapan.

Los monitoreos en donde participaron miembros de instituciones y ciudadanos se realizaron durante el último año y se encontraron mariposas diurnas como la Pterourus multicaudatus, Vanesa virginiensis, Phoebis philea, Pontia protodice, Lentotes marina, entre otras.

Algunas de las aves que se detectaron con mayor frecuencia fueron el gorrión inglés, gorrión mexicano, la tortolita, la primavera, zanates, tordos y palomas.

De acuerdo con ecólogos, este monitoreo puede dar pistas sobre la contaminación en la cuidad a la vez que aporta valores a la población sobre el cuidado del medio ambiente y las áreas verdes o reservas ecológicas.

Los resultados del monitoreo muestran que hay una gran presencia de aves y mariposas en refugios altamente urbanizados como el bosque de San Juan Aragón, en donde se localizó la mayor cantidad y variedad de especies en el monitoreo.

La directora ejecutiva de Remuceac, Catalina Juárez, explicó que el Monitoreo Ambiental Participativo es un proyecto que busca democratizar la información sobre las especies que han estado en manos de especialistas.

Agregó que se pretende despertar en los ciudadanos un interés por el mejor conocimiento de su entorno y alentar la participación en la restauración del hábitat urbano.

Estrategias de sobrevivencia al medio urbano

Con base en estudios científicos, se ha determinado que algunas aves, como los colibríes, además de libar el néctar de las flores, han aprendido a visitar los bebederos de miel, en tanto que los gorriones y tortolitas roban o recogen las semillas que los canarios en cautiverio tiran de sus jaulas, o bien construyen sus nidos en lugares calientes y seguros como son la parte posterior de un calentador de agua, adaptándose así al medio urbano.

Mientras que árboles como el fresno, sauce, trueno, naranjo, capulín, magnolia, álamo y encino, sirven de refugio a mariposas y son fuente de alimento para las aves.

Las larvas de mariposas se protegen de la temporada de lluvias e invierno en los árboles, antes de pupar cuando llegue el clima más cálido.

La cuenca de México y su riqueza biológica

Atrapada entre estas elevadas montañas, se encuentra la cuenca de México, una subregión rodeada de elevaciones montañosas en tres de sus lados: las sierras del Chichinautzín y del Ajusco hacia el sur, la Sierra Nevada hacia el oriente y la Sierra de las Cruces hacia el poniente.

La zona sur de la cuenca se encuentra en la porción central del Eje Neovolcánico Transversal donde convergen las dos grandes regiones biogeográficas del continente americano: la neártica y la neotropical. Esta posición favorece la presencia de una alta diversidad biológica, que incluye el sur del Distrito Federal y que es considerada una de las regiones terrestres prioritarias para la conservación en el país.

Se calcula que cerca del 2 por ciento de la biodiversidad del planeta se alberga dentro de la cuenca de México, lo cual se aproxima a tres mil especies de plantas y 350 especies de vertebrados terrestres, el 30 por ciento de los mamíferos del país y el 10 por ciento de las aves, que conviven con más de 20 millones de habitantes.

Entre la flora y fauna de las zonas montañosas que rodean la cuenca de México viven el conejo zacatuche, algunas especies de tuzas, lagartijas y el gorrión serrano. Actualmente se encuentran 59 especies de mamíferos, de los que 16 son voladores y 43 terrestres. También hay armadillo, gato montés, venado cola blanca y mapache.

Los mamíferos mayores como el puma, el lince, el tlalcoyote y el coyote, en los límites con el estado de Morelos, representan parte del patrimonio natural más importante de la población que habita en el Distrito Federal y su zona metropolitana.

En esta región se han encontrado 211 especies de aves. Del total de éstas, 149 son residentes de la cuenca y pasan la mayor parte del tiempo en la zona, 40 son migratorias de invierno y sólo están en esta temporada en los bosques del sur, ya sea en su ruta migratoria hacia sitios más sureños o bien a Norteamérica donde se reproducen.

Algunas de estas aves son endémicas, tal es el caso de subespecies del pájaro carpintero y del corre-caminos.

También se encuentran aves rapaces como las águilas, halcones, gavilanes y lechuzas cuyo papel es fundamental en la regulación de la naturaleza. En cuanto a anfibios, el ajolote de Zempoala y el de arroyo viven en el Ajusco y en el Desierto de los Leones. Ambas especies se encuentran amenazadas por la pérdida de su hábitat y la contaminación del agua.

En la cuenca de México se localizan bosques de oyamel, que crecen en las cañadas y laderas, bosques de pino, de encino, arbustos de poca altura, matorrales, nopaleras, pastizales, vegetación de los márgenes de los lagos y plantas acuáticas. De hecho, el 59 por ciento del territorio de la ciudad de México es denominado suelo de conservación y en él existen ecosistemas naturales, tierras de uso agropecuario, áreas naturales protegidas, poblados rurales, zonas culturales y sitios arqueológicos.

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