Biodiversidad

Autoridades ven riesgo de incendios forestales en QR

Autoridades rurales y de Protección Civil de Quintana Roo expresaron preocupación por el riesgo de que se produzcan incendios tan devastadores como los registrados en 1989, un año después del paso del huracán Gilberto, y que destruyeron 124,589 hectáreas de bosques y selvas en el estado.

Cifras de la Secretaría de Desarrollo Rural e Indígena y del Sistema Estatal de Protección Civil indicaron que los huracanes Emily y Wilma devastaron entre 770 mil y 850 mil hectáreas de arbustos y selva en los municipios de Lázaro Cárdenas, Solidaridad, Isla Mujeres, Cozumel y Benito Juárez.

El mayor José Nemesio Medina Robledo, director del sistema estatal de Protección Civil, consideró prudente establecer desde ahora estrategias de trabajo que estén fundamentadas en acciones interdisciplinarias, buscando capacitar a las personas que participarán en las labores de prevención de incendios.

Gabriel Mendicuti Loría, secretario de Infraestructura del gobierno local, fue más allá al proponer la construcción de guardarrayas de 100 a 200 metros cada 100 hectáreas para trazar polígonos perfectamente identificados a los cuales se tenga acceso inmediato en caso de contingencia.

El funcionario adelantó que otra opción será la explotación de la madera caída para transformarla en carbón vegetal, previa autorización de las autoridades.

Tras el paso en 1988 de Gilberto por Quintana Roo, donde destruyó un millón de hectáreas de bosques y selvas, se registró una sequía al año siguiente, y debido al uso del fuego en actividades agrícolas y la falta de infraestructura, ocurrieron 12 incendios de gran magnitud que destruyeron 119 mil hectáreas sólo en la zona norte del estado.

Ese año, en el estado se reportaron 40 incendios que afectaron 124,589 hectáreas y que para combatirlos requirieron la intervención de más de cinco mil brigadistas, así como 12 helicópteros, 20 bulldozers y gran cantidad de apoyo logístico.

Los costos destinados sólo para sofocar los incendios llegaron a más de cinco mil millones de pesos, sin cuantificar las pérdidas por la madera quemada y daños ecológicos.

Fuente: El Universal

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