Biodiversidad

Alarma que solo 10 % de las pozas en Cuatrociénegas tiene agua

El ecosistema resguarda vestigios prehistóricos, de una época en la que el actual estado de Coahuila estaba cubierto por el mar, pero ha sido sobreexplotado por la actividad agrícola

Teorema Ambiental/Redacción

Cuatrociénegas, Coahuila, 1 de octubre de 2019.— De las vastas pozas que conformaban un oasis en medio del desierto de Coahuila, en Cuatrociénegas, un lugar que por su belleza ha sido considerado como una gran atracción turística y un refugio natural de un mundo que desapareció hace millones de años, solo quedan cauces vacíos y secos. A inicios del siglo pasado, se extendía en dos mil 500 hectáreas, de las que solo subsisten menos del 10 por ciento, unas 250 hectáreas, debido a la sobreexplotación del acuífero en los últimos 20 años para el cultivo de alfalfa.

Por ello, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), por conducto de las comisiones nacionales del Agua (Conagua) y de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), junto con el gobierno estatal solicitarán apoyo del gobierno federal para rescatar las pozas, como una prioridad nacional.

Cerrar de tajo el suministro de agua provocaría una crisis social, pero la propuesta contemplaría arrancar una serie de consultas para que los habitantes del valle, productores de alfalfa, investigadores y gobierno analicen la manera de frenar la sobreexplotación y se pueda conservar la vida natural de las pozas, porque resguarda vestigios de cómo era el planeta durante la prehistoria, cuando el territorio de Coahuila estaba cubierto por el mar de Tethys.

“El Valle de Cuatrociénegas está en una situación de estrés extremo, porque se ha disminuido más del 90 por ciento su área y es un tema que ya preocupa porque está a punto de desaparecer, el problema es muy complejo, no es nada más que la Conagua retenga el agua, se tiene que lograr un desarrollo económico y la recuperación biológica entre las dependencias de gobierno de forma integral, solos no podríamos”, explicó la directora de la Conagua, Blanca Jiménez Cisneros.

La funcionaria y el titular de la Conanp, Roberto Aviña, recorrieron algunas pozas del valle para conocer la problemática, acompañados por la secretaria de Medio Ambiente de Coahuila, Eglantina Canales, y la presidenta municipal de Cuatrociénegas, Yolanda Cantú, además de la investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, Valeria Souza, quien desde hace 20 años denunció la desecación paulatina de las pozas y exigió el cierre inmediato de los canales, en especial el conocido como Saca Salada.

En este canal se extraen entren mil 300 a dos mil litros de agua por segundo, procedentes del centro del valle que son enviados 80 kilómetros fuera, al ejido 8 de Enero en inmediaciones del municipio Frontera. Es un canal a cielo abierto en donde el 90 por ciento del agua se evapora antes de llegar a su destino.

“Esto es pura estupidez, se pensó hace cien años, cuando se empezaron a poner parcelas agrícolas y el humedal se encontraba en buen estado. Antes de Venustiano Carranza ya habían hecho esto, pero era mucho más somero, es con Echeverría donde hacen el tajo más profundo y hay partes que tienen cinco metros de profundidad. Esto es la sangría de Cuatrociénegas”, exclamó.

Los primeros dragados en el valle se realizaron en 1900 para conducir el agua al municipio de Frontera y se intensificaron en los años sesenta, para conducir el líquido a ejidos y comunidades vecinas, lo que provocó la fragmentación del sistema de humedales y su desecación. En la década de los ochenta se realizaron perforaciones al norte del municipio de Cuatrociénegas, provocando la desecación del río el Cañón, que durante años fue la fuente principal de agua potable.

A principios del año 2000, se abrieron nuevas perforaciones al sur del municipio en el Valle del Hundido, lo que secó la poza de Nuevo Atalaya y posteriormente la laguna de Churince, la más grande hasta entonces, con más de un kilómetro de largo. En ese año, comenzó la investigación de Souza en la Laguna Intermedia del complejo Churince, alertando sobre su desecación, hecho que ocurrió en 2016.

“El daño es irreversible, había peces, tortugas endémicas. Si cerramos compuertas nos tardamos cinco años en restaurar el sitio, es posible recuperarlo, hay que hacerlo todo muy rápido, lo que no podemos permitir es que se seque el manantial, porque ya no habría nada que hacer”, explicó Patricia Olmedo, titular del departamento de Ingeniería Genética del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Irapuato.

Las pozas de Cuatrociénegas son en realidad manantiales donde brota agua de las profundidades, son el único lugar en el planeta donde habita la mayor diversidad de bacterias de más de tres mil 800 millones de años de antigüedad, que forman estromatolitos, estructuras que al endurecerse adquieren el aspecto de piedra y que encierran el misterio del origen de la vida. Además, se han identificado más de 80 especies endémicas asociadas al humedal, principalmente peces, reptiles y algunos anfibios.

Como medidas inmediatas, Conagua y Conanp diseñaron una obra para conducir el agua sobrante del canal El Garabatal hacia el humedal seco, que fue realizada con arcilla por productores de alfalfa del ejido Cuatrociénegas. Con estrategias como esa en diversos puntos, buscan recuperar al menos diez hectáreas de humedal en todo el valle en dos años.

“No es suficiente, es una manera de probar su efectividad, esperamos que nos permita un proyecto de más plazo que nos permita inundar un área mucho más grande y evitar las pérdidas innecesarias. Ese canal conduce agua que se va perdiendo en el tránsito, así que en lugar de perderse la vamos a dejar en el humedal”, dijo Eglantina Canales.

El plan propone que los productores dejen de cultivar alfalfa y opten por otros cultivos resistentes a la sequía y salinidad, como el nopal forrajero. Sin embargo, el desierto de Cuatrociénegas es el mayor productor de alfalfa en Coahuila: en 2018 se sembraron dos mil 804 hectáreas con una producción de 145 mil 527 toneladas, su valor es de apenas de 866 pesos por tonelada.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO