Biodiversidad

Al fin llueve en el Amazonas

La peor sequía en más de 40 años en la Amazonia brasileña, que obligó a declarar estado de emergencia en muchas comunidades, llegó a su fin con un reciente aumento de las lluvias en la región, dijeron meteorólogos.

“En noviembre, los índices (de lluvias) quedaron dentro de la normalidad”, dijo Flavio Barone, de la División de Climatología y Meteorología del Sistema de Protección de la Amazonia (Sipam) en Manaos, capital del estado de Amazonas.

Con el inicio del periodo anual de lluvias, aunque con retraso, comenzó a volver a la normalidad el paisaje de la mayor cuenca hidrográfica del mundo, donde muchos de sus afluentes habían llegado casi a la desaparición.

Sin embargo, los expertos reconocen que la región todavía sufre los efectos de la sequía y que la total recuperación demorará al menos otro mes.

“En algunas regiones el nivel de los ríos todavía es bajo para esta época del año. Pero estos efectos deben minimizarse de diciembre a enero porque las lluvias vendrán de manera importante en este periodo”, afirmó Barone.

En el municipio de Manaquiri, a 85 kilómetros de Manaos y uno de los más castigados por la sequía, el río Manaquiri subió 1.80 metros en los últimos 20 días, luego de estar totalmente seco.

Al menos dos mil 600 familias estaban aisladas en el municipio, pero el alcalde, Jair Souto, dijo que esa situación quedó superada, aunque persistían algunos problemas derivados de la sequía.

El estado de Amazonas había decretado una situación de calamidad pública en 60 municipios, pero el comandante general del cuerpo de bomberos estimó que no sería necesario renovar las medidas cuando expire su validez el 20 de enero.

“Ya está lloviendo bastante y estamos con todos los ríos navegables. La calamidad fue decretada por 90 días, pero no habrá necesidad de prorrogarla”, señaló el general de bomberos Franz Marinho Alcántara.

La sequía aisló a numerosas comunidades que tienen en las vías fluviales su único medio de comunicación, provocó enfermedades por la contaminación de los ríos y mató a millones de peces, además de ganado.

Los mayores efectos de la sequía se sintieron en los últimos cuatro meses y obligaron a la adopción de planes de emergencia para llevar agua, alimentos y medicinas a los pobladores afectados, en su gran mayoría agricultores y pescadores pobres.

Fuente: Milenio/Reuters

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