Biodiversidad

Afecta el turismo a ballena jorobada

CIUDAD DE MÉXICO.- La ballena jorobada se ha convertido en el cetáceo más afectado por el turismo en nuestros mares, al ser la especie con mayor actividad de observación recreativa en el mundo, dijo Luis Medrano González, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.

Bahía de Banderas, Nayarit, y Los Cabos, Baja California Sur, son los dos lugares de avistamiento en México.

“Estos animales arriban a nuestras costas a finales de octubre y principios de noviembre, y regresan al norte del continente en abril; por lo que la principal temporada para observarlos se da entre diciembre y marzo”, señaló el investigador en un comunicado de la UNAM.

Subrayó que ello constituye un problema grave, ya que el primer sitio está terriblemente perturbado y la ballena jorobada (principal atractivo de la localidad, al acudir a esa zona del océano Pacífico para reproducirse) encuentra su hábitat transformado y sufre de acoso.

Si bien los prestadores de servicios establecidos en la bahía han realizado esfuerzos para autorregularse y tener una mejor práctica de observación, como muchos son ilegales no conocen las reglas ni la preparación para atender de manera adecuada a sus clientes y en pro de las ballenas, alertó.

El turismo en México sobre estos cetáceos ha crecido de manera importante, y en el caso de Bahía de Banderas lo ha hecho de forma desordenada, lo que representa una alteración importante del entorno.

Luis Medrano González y su equipo de investigadores han detectado modificaciones en la distribución de las hembras con cría; es decir, cambios en las zonas de cuidado, que en la actualidad también se ven reflejados en efectos negativos directamente hacia los ballenatos, como es la predación natural por horcas, el enmallamiento, así como mayores colisiones con los barcos.

En la actualidad hay unas 20 mil ballenas grises en México; mientras que de la especie rorcual común, que habita en el Golfo de California, son entre 500 y 600, y entre 3,004 mil jorobadas, distribuidas en la costa y en los alrededores de las Islas Revillagigedo, informó.

Mencionó que otro de los efectos del ser humano sobre estos animales es la contaminación química o biológica. Por ejemplo, en los tejidos de algunas ballenas grises en México se han detectado concentraciones de plomo que para los humanos serían letales; mientras que en algunas azules se han encontrado pesticidas.

Fuente: Reforma Online

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