Biodiversidad

Acaban murciélagos con plagas

Poco antes del amanecer hacen su primera incursión, volando a una altitud de 1,500 metros en busca de mosquitos, polillas y otros insectos. Horas después regresan a casa para descansar y alimentar a sus crías antes de volver a salir a la medianoche.

Cuando amanece y los murciélagos finalmente regresan a su cueva, llamada Cueva de la Boca, la colonia se habrá alejado hasta 100 kilómetros y engullido 12 toneladas de insectos en los cielos cerca de la frontera con Estados Unidos. Y en maizales desde Texas hasta Iowa, los productores les dan las gracias. O al menos deberían hacerlo.

Es cierto, los murciélagos son pavorosos. Cuelgan de cabeza, chillan a decibeles elevados y aparecen en las películas como diabólicos chupasangres. Algunos hasta propagan la rabia. Pero, en el ecosistema global, los murciélagos son aliados de la humanidad.

Cada noche, toda la noche, mientras los humanos duermen, los mamíferos voladores trabajan febrilmente. Polinizan plantas como el agave, la fuente del tequila. Su excremento, llamado guano, es un valioso fertilizante. Y los murciélagos comen hasta una cuarta parte de su peso corporal en insectos cada noche, convirtiéndose en una de las formas más sencillas, seguras y redituables de control de plagas que existan.

De alguna manera, ese mensaje no ha llegado a la mayoría de la gente. Durante décadas, intencionalmente o no, los propietarios de fincas y plantaciones, montañistas y turistas han pisoteado su hábitat, tirado basura y encendido fogatas que han diezmado a las poblaciones de murciélagos en muchas partes del mundo.

“Los científicos desaprovechamos la oportunidad de dar a los agricultores la información correcta, de la manera correcta, y en el momento correcto”, expresa Nelly Correa, experta en murciélagos en el Centro de Calidad Ambiental en el Instituto Tecnológico de Monterrey. “La mayoría estábamos demasiado ocupados transmitiendo esa información a colegas en revistas, y no a las personas que podrían ser nuestros socios.”

Ahora, en una singular alianza transfronteriza, los amantes de los murciélagos se embarcaron en un esfuerzo multianual para cuantificar el daño y reconstituir la población de murciélagos en el norte de México. El proyecto, encabezado por la Bat Conservation International (BCI), una organización no lucrativa en Texas, incluye detallados mapas de cientos de colonias, presentes y antiguas, de murciélagos, programas educativos para los productores agrícolas y hasta compras de terrenos para proteger a las colonias más vulnerables. A fines de septiembre, el grupo ecologista mexicano Pronatura Noreste compró la caverna Boca de la Cueva a las afueras de Monterrey. Se cree que es la primera adquisición de una cueva de murciélagos por parte de conservacionistas mexicanos, según Magdalena Rovalo, bióloga y directora de la organización.

Fuente: Yucatán

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